des han sorteado muchos conflictos, pero
mantuvieron no precisamente un rígido ra–
cionamiento sino que han preferido saturar
el mercado de artículos de consumo, para
que el pueblo no sufra privaciones. Las me–
didas restrictivas que el gobierno nacional
y la comuna adoptaron algunas veoes, fa–
vorecieron al público al prevenir y reprimir
la especulación.
Los casos de ocultación o injustificado
recargo en los precios se hallan regulados
por una ley cuyo cumplimiento es del re–
sorte del Ministerio de Economía y de la
municipalidad, jugando en esto un papel ac–
tivo y destacado, la Policía Urbana, cuyos
agentes tienen facultad para aprehender a
las personas que infringen las prohibiciones
y secuestrar las mercaderías o artículos de
consumo, para la inmediata v·enta al tffibli–
co. Con estas medidas si bien no se descarta
radicalmente la especulación se mantiene
permanente vigilancia sobre los especula–
dores, obligándoles a acatar los precios fi–
jados por las autoridades, incluyendo la
utilidad legal.
En el porvenir, el gobierno y la munici–
palidad tienen que aunar sus esfuerzos para
aumentar la capacidad productora de las
zonas aledañas y han de conceder facilida–
des a las empr·esas que establezcan granjas
de producción agropecuaria en la región
del Desaguadero, aprovechando las magní–
ficas condiciones y ventajas que ofrece; de
suerte que en una hora los artículos sean
provistos para el consumo, a los mercados
seccionales. Con la producción de estas
granjas bajarán los actuales precios, que es
cuanto se persigue
e~
este orden. El índice
de alimentación por calorías será entonces
más alto que el actual y la población obre–
ra, principalmente, podrá mejorar el siste–
ma alimenticio, adoptando fórmulas de die–
ta adecuada para el rendimiento físico que
debe dar en el trabajo.
Las regiones de Mecapaca, Mallasa, Li–
pari, etc., se prestan para intensificar la
producción agrícola: por
-el
lado de Palea,
Lambate y otras localidades de menor im-
portancia, la producción se incrementará en
proporción a los cultivos extensivos e in–
tensivos.
III TRANSPORTE URBANO
La evolución de los medios de transporte
en la ciudad ha seguido la curva del creci–
miento de la población, pero se tuvo que
improvisar algunos servicios para atender
normalmente a las urgentes necesidades
surgidas. Así, por ejemplo, la organización
del transporte por omnibuses, que en gran–
des poblaciones se halla a cargo de empre–
sas con gran capital, experiencia técnica y
seriedad, se ha hecho dando paso a cuantos
vecinos quisieron tentar suerte en un nego–
cio que ofrece buenas oportunidades para
invertir capitales y obtener ganancias a
corto plazo.
Tranvías.
La · red de tranvías tiene
aproximadamente 25 kilómetros de exten–
sión, con cuatro líneas y ramales: la prin–
cipal, N
9
1, se extiende de la estación cen–
tral de ferrocarriles, al norte; a lá zona de
Obrajes, cruzando el oentro hasta San Jor–
ge, de donde baja a la indicada zona por el
camino pavimentado. La línea NQ. 2, ramal
de Sopocachi, parte de la avenida 6 de
agosto y termina en el paseo del Montículo;
la línea N
9
3, ramal a Miraflores arranca
de la calle Ballivián, cuadra contigua a la
plaza Murillo, el centro cívico, hasta el
Hospital General; y, finalmente, la línea
N
9
4, arranca del puente 3 de Febrero, ave–
nida Montes, terminando en el Cementerio
Público del Oeste. La trocha de esta red de
líneas es de un metro, con rieles de canale–
ta, y los carros son de fabricación francesa,
con compartimientos d·e primera y segunda
clase, algunos de ellos con un solo ingreso
pata ambas clases.
Omnibuses.
Existen nueve líneas de
omnibuses y micro-ómnibus en las distintas
zonas de la ciudad, con 300 carros en ser–
VICIO.
La línea N
9
1 hace
-el
recorrido entre la
avenida Ismael Vasquez y la avenida Juan
María Zalles de la zona de Obrajes, cru-
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