adecuadas para el cultivo de pastos, en mira
de ubicar allí planteles de ganado que pro–
dujeran leche, hortalizas, tubérculos, legum–
bres y cereales, en suma cuanto la pobla–
ción necesita para la subsistencia brinda–
rían estas granjas. Las tierras se hallan a
ciento veinte kilómetros de la ciudad y
además de su buena condición para el cul–
tivo pueden ser regadas con las aguas del
Desaguadero, sea por el
sist~ma
de grave–
dad, no costoso, o por el de lluvia artificial
mediante bombas extractoras que ya han
funcionado con éxito en la hacienda Guan–
caroma, propj.edad del profesor Posnansky,
que fué el experimento más convincente en
esta materia. El proyecto ofrece innegables
ventajas que pronto serán aprovechadas por
hombres de empresa, indudablemente que
con el estímulo y la ayuda de las autorida–
des municipales de la ciudad.
Una gran parte de las provisiones pro–
vienen del altiplano, en especial de las pro–
vincias Andes, Murillo, lngavi y Omasuyos,
que se ·encuentran a hora y media de auto–
móvil de la ciudad; pero la rica región de
Yungas envía diariamente un apreciable
volumen de carga, o sea artículos como
fruta, en la gran variedad que ofrece, plá–
tanos, naranjas, mandarinas, limones y ca–
fé, la bebida aromática que por su selec–
ción goza de fama mundial, conocido como
es el exquisito sabor de este producto.
Los valles de Luribay envían duraznos,
peras, melocotones, guindas; Larecaja las
sabrosas chirimoyas, manzanas de calidad,
paltas, pacayes, brevas, uvas y otras espe–
cies que presentan los mercados durante
todo el año, en una sucesión no interrum–
pida de atractivas exhibiciones que hacen
de los mercados de La Paz conjuntos de
primer orden para satisfacer el gusto más
exigente
y
refinado.
Mercados seccionales.
Los mercados de
zona de la ciudad son: Camacho, Lanza,
Calama, Abasto, Rodríguez, Sopocachi,
Miraflores, y en ellos no hay sitio disponible
para instalar a las personas que solicitan
nuevos puestos. La municipalidad construí-
rá otros en Obrajes, Calacoto y La Florida,
a fin de abastecer a las nacientes poblacio–
nes de estas modernas zonas urbanizadas.
Las Ferias Francas, que consisten en la
venta de artículos alimenticios directamen–
te del productor al consumidor, sin inter–
mediarios que recargan el precio de los ar–
tículos alimenticios, están ganando popula–
ridad y se realizan periódicamente en los
barrios más alejados, donde más falta hacen
para aliviar la situación económica de las
clases trabajadoras. Las zonas fabriles de
Chállapampa, Purapura, Caiconi y Acha–
chicaJa son las que se benefician con estas
ferias, porque las transacciones comercia–
les, aunque pequeñas, proporcionan al ele–
mento obrero artículos a precios más bajos
que los corrientes u ordinarios.
Mataderos.
Para la provisión de car–
ne al mercado funciona un Matadero Muni–
cipal situado en la zona de Achachicala, o
sea al norte de la ciudad, con una capaci–
dad para el derribe que satisface la deman–
da d-el consumo local. Este plantel recibe
el ganado en pie importado de las plazas
argentinas y del altiplano del país y des–
pués que el reconocimiento veterinario de–
clara ser apto se faena la carne, enviándola
en carros frigoríficos a los mercados y al- .
macenes, para la venta al público.
Cuenta con secciones de ganado bovino,
ovino, porcino, una planta de fabricación
de briquetas y equipo moderno para el de–
rribe de las reses, con amplios comparti–
mientos de administración y viviendas para
el personal. El clima frío d·e esta zona fa–
vorece la conservación de la carne, no obs–
tante que se la remite de inmediato por la
gran demanda de este artículo alimenticio.
Aviones de la Corporación Boliviana de
Fomento transportan cada día 3.000 kilos
d·e carne faenada, procedente de Reyes,
donde se han in.stalado frigoríficos con
equipo moderno.
Medidas contra la especulación.
A pesar
del inusitado crecimiento de la población,
el suministro de artículos alimenticios no
ha sufrido inconvenientes y las autorida-
291