colocados en un alto escaño levantado en
la plaza, permanecieron tres días,
y
junto
a ellos desfilaron las unidades militares,
las corporaciones, gremios, oficios
y
vecin–
dario. El calendario marcaba el 8 de di–
ciembre. Hubo misa, Té Deum, Panegírico,
acción de gracias; las casas izaron la pri-
García Lanza, había dejado la prefectura
a don Francisco Ruiz de Sorzano, para au–
sentarse a Chuquisaca llevando la diputa–
ción de la Provincia. El Cabildo objetó a
Ruiz el desempeño del cargo y le pidió el
nombramiénto escrito de que emanara su
autoridad. Finalmente, le destituyó. Que-
Partida de bautismo del Gran Mariscal de Zepita, Dn. Andrés de Santa
Crúz. Archivo de la Parroquia de San Agustín, La Paz.
El Mariscal Andrés de Santa Cruz.
mera bandera boliviana aprobada por la
Asamblea de Chuquisaca. Saraos, corridas
de toros, aclamaciones, franca alegría po–
pular cerraron el festejo.
Estaba apuntando la hora matinal de
Bolivia.
EL PREFECTO SANTA CRUZ
Andrés Santa Cruz encarnaba, en el ins–
tante de organizarse la República, las as–
piraciones colectivas de La Paz, y del país.
Una certera intuición se había fijado en
este hombr·e a quien, también el acierto de
Sucre, si bien no le tenía preferencias, co–
~o
trasuntan sus cartas a Bolívar, le con–
fiaba misiones en las cuales sería eJ dina–
mismo revolucionario en acción.
Le nombró, pues, Pref.ecto y Comandante
General de La Paz. El General José Miguel
daba en acefalía la prefectura, que debía
ser llenada con una p·ersona que goce no
sólo de estimación sino que suscite admi–
ración general: Santa Cruz.
Los preparativos para la recepción de
Santa Cruz, sobresalían de lo normal. Vo–
tóse 2.420 pesos para saraos, refrescos,
vinos. Una comisión de vecinos &e trasladó
hasta la Ventilla para saludar al nuevo Pre–
fecto. Desde Coscochaca hasta la ciudad
habíanse instalado arcos. Acompañado por
los hijos de doña Vicenta Juaristi Eguino,
d Mariscal de Zepita ingresó triunfalmente
en La Paz, en medio dd cordial vocerío
que le aclamaba. La voz del Cabildo era
la ceremonia oficial; la del . pueblo, exal–
tación, cifra y pedestal para el crecimiento
-del caudillo. El 30 de enero de 1826 tomó
posesión de su cargo. El país había sido
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