Un rincón de La Paz vieja, zona de Ch!lrupampa.
Dibujo del notable pintor Genaro Jbáñez.
Al fundarse La Paz, fué creada su mu·
nicipalidad como augurio de progreso
y
bienandanza
y
a las exclamaciones de
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¡poseswn., ¡poseswn. , con que acompa-
ñaban el levantamiento de la horca
y
de la
picota, como símbolos de la justicia real,
.siguió la designación de las autoridades
·edilicias para el gobierno económico
y
so–
cial de la ciudad. Estaban a su cargo la
policía de salubridad, el ornato
y
también
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la seguridad moral pública
y
privada del
vecindario.
Empero, jamás
1~
Corona se imaginó la
terrible obra revolucionaria que iban a
desenvolver los cabildos, a los cuales per–
tenecieron los más ponderados genios de
la gesta heroica. Ellos fueron los que sin–
tieron el descontento del régimen colonial
y
ellt1s los que tuvieron una concepción
intuitiva del temperamento de la Reforma,