gloria militar ganada en guerra civil por
un sacerdote, con la fundación de una ciu–
dad que debía llamarse de Nuestra Señora
de La Paz, el lugar elegido provisional–
mente se convirtió en definitivo, más aún
porque no pudieron encontrar sitio mejor
y se quedaron
per soecula seculorum,
sin
pensar por un momento en que el vigoroso
empuje de sus descendientes, su tenacidad
y
espíritu de progreso la convertirían en
la urbe hermosa de hoy.
Fundada la ciudad, don Alonso de Men–
doza y sus compañeros encontraron aloja–
miento en el caserón o tambo construido
por el cacique Kirkicha, conocido después
por Tambo de
Quirquincho.
Habiendo llegado a la Corte la noticia
de que había sido desterrada por completo
la idea de trasladar la ciudad a otro sitio
y que se había afianzado más bien su per–
manencia definitiva en la hoya del Chu–
quiapu, el Emperador Carlos V, para es–
timular la
vinc~lación
que debía •existir
entre la metrópoli y las colonias, .hizo gra–
cia a la nueva ciudad, otorgándole, el año
1555, un escudo de armas, como premio a
su valor, constancia y lealtad y como bla–
són de nobleza.
El escudo aprobado por el monarca y
otorgado a La Paz, como distintivo real, se
halla descrito por la propia Real Cédula
que lo crea, de la siguiente manera: "en lo
más alto un yelmo rematado por paloma
sosteniendo una rama de olivo en el pico;
aquél será con interior acolchado en ter–
lices de damasco rojo; en el centro una
corona; debajo desta un león enfr·entado
por un cordero, ambos de pie; debajo un
río y todo orlado de un mote que diga: Los
discordes en concordia, en Paz y amor se
juntaron, y pueblo de paz fundaron para
perpetua memoria"
P.ero este blasón, según relata Ismael
Sotomayor, sufrió diversas alteraciones que
le hicieron perder su sencillez primitiva,
aunque, es verdad, al efectuarse una de
ellas, se le añadió
d
Illimani, símbolo na-
tural y eterno de La Paz que ahora preside
las armas de esta ciudad. La primera mo–
dificación fué hecha el año 1822 por dis–
posición del "Consejo Consultivo de la Di–
putación Provincial de La Paz"; la segun–
da en 1833, adoptándos-e el dibujo de un
artista que exhibió los escudos departamen-
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Efigie de la Virgen del Pilar de Zaragoza.
hoy llamada Nuestra Señora de la Asunta,
obsequiada por el Rey de España a la nueva
población.
tales pintados, en parte, en forma imagi–
naria; fué cuando ya se le incorporó la
montaña milenariá; la tercera,
~1
año 1876,
por determinación del Concejo Municipal
de La Paz, por entonces pres-idido por don
José Rosendo Gutiérrez; y la última en
1893, también por determinación de la Mu–
nicipalidad.
Y para completar este capítulo, diremos
que la primera mujer española establecida
en La Paz fué doña Lucrecia Sansoles de
Rivas, ·esposa del conquistador don .Juan
de Rivas que llegó con el primer contin–
gente de 'peninsulares, alojándose como los
anteriores en el caserón de Kirkicha, a los
pocos días de fundada la ciudad; de modo
que és-e fué ·el primer hogar netamente es–
pañol establecido eñ La Paz.