158
JULIAN SANTISTEBAN QCHOA
muy buenas casas, plantó árboles·y obligó a que sembraran coca; en este
san~
tuario se hacían sacrificios human¡;::>s de niños al dios Sol. Pobló la isla con
42 tribus indias traidas corno mitmas o mitimaes
1
que también habitaron e1!
la península · de Copaoabaná,. puso
qe
gobernante en ella a Apu Inga Sucso,
nieto de
Vir~cocha,
éste fué abuelo .de Apu Challco Yupanqui, cuyos nietos,
don
AloiJ.soViracocha Inga y don Pablo Inga, fueron t9?avía · curacas en
tiempos de Fr. Nónso Ramos. Mandó también edificar
~na·
"Llanura artifi–
cial", edificando .sobre ella suntuosos edificios; con un gran laberinto o Chin-
•
-
gana en medio del cual había un bello jardín con grandes baños para el uso
de los mirlistros
d~l
Sol; tenía tres puertas, llamadas "Quentipuncu" (puerta
del picaflor o 'pájaro zumbador), "Pumapuncu"
(c:Í~
los pumas) y ''Pilcop'uncu"
(de la esperanza), cuyas ruinas aún pu'ede:ri verse hoy .día.
También nos · habla de la isla de Coata, . donde se hallaba el adoratoria
de la diosa Killa o Luna; a esta isla le llama interpretativamente isla de
"Co-
,
.
yata"
o isla de la gran Coya, esposa del Sol.
•
Refiiiéndose a la cruz hallada por los
e~pañoles
en
Carabuco,
adoiadá
ya
po¡:
los indios a:p.tes de la conquista, entabla Ja pdsibilidad de haber sido
traíCl.a · eh t!empos inmemoriales por algún discípulo de Jesucristo que lleg6
hasta nuestra AméÍ'ica, posiblemente San Bartolomé, como lo supusieron
Gar–
cilaso y otros, que
encontr~on
también' en
él
Cusco
y
que existía en la sa-
cyistía de esta ciudad, o como l,a de Palenque, en Centro América.
,
Ter:rpina la relación de la primera parte de su obra incluyendo dos 6é-–
dulas reales, dadas por el Erriper.ador Carlos V y su madre doña Juana, en
las que legitiman y dan títulos de riobleza a -los descendientes de don
Cris- '
tóbal Vaca Topa Inga,
hijo .de Wayha Kapaj, fechadas en Valladolid, el
19
da
.
'
1
abrif de
1544
y el ·9 de marzo de
1545
respectivamente: D'on Cristóbal antes
del bautismo fué conocidq c6n el nombre de Topa Inga Paullu.
En la segunda parte de la obra Fr. Alonso Ramos se dedica exclusivamen–
te a narramos la tierna historia de la devoción india hacia la imagen que, co–
rno dice;· por arte· de
milagro~
más ·que por gracia, faccionara el indio inca
Frai).cisco Titu Yupanqui y las peripecias que pasara, en Potosí, ·Chuquisaca
, y
La
P~z,
con las ·autoridades y eÍ obispo, hasta colocar en. su santUario la
hoy llamada Virgen Cholita; hecha de palo c;le Chonta y que ·
fué
y sigue
siendo ve:b.eradísima en su santuario de Copacabana. Habla de todos los ml–
lagros de la imagen de ias orillas del Lago con mucha ain.enidad·, de la c,ual,
por confesión propia, extrajo el P. Calancha su historia sobre el mismo san–
tuario indígena.
53.-El
Obispo Luis Jerónimo de
Oré.-4-Iijo del encomendero
y
noble
español don Antonio de Oré y Río, y de tdoña Luisa Díaz de Rojas, vecinos
de la ciudad
d~
Huamanga, fué Luis Jerónimo, nacido en esa
ci~dad,
aproxi-
madamente en
1560.
·
.Su padre lleg6' a
~er
Corregjdor y
tuv~
numerosa familia: 4 hijos y 5
hijas. Es rnuy CW'ioso que los cuatrq primeros llegaran a ser todos frailes