LOS CRONISTAS DEL PERU
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empeñar los cargos de secretario de provinciA, dos veceiS definidor, Rector de
San Ildefonso
.Y
Prior de los Conventos de Trujillo y Lima.
En 1619 acaeció
el
terriliie terremoto que asoló Trujillo; el Virrey y los .
vecinos :ricos decidieron trasladar la
semid~rruída
ciudad ·a otro lugar. El P.
Calancha, a la sazón Priot de San Agustín, se opuso terminantemente a ellb,
alegando que esta medida perjudicaba grandemente' a los moradores pobres,
.
.
y consiguió su obj,etivo. Más tarde trasladóse a Lima, donde pasó el resto
de
f?U
vida dedicado a la
predicacl.óny
dirección espiritual de las monjas;
combatió la relajación de
la~
cosh¡mbres y se dedicó a la noble tarea de
~s
cribir su obra historial titulada "Crónica Moralizada de la Orden de San Agus–
tín en el Perú", la que no llegó a r'edactarla por compieto..
1 Ellt
co~pañía
de' su dos hermanas, que de Chuquisaca fueron a radicarse
a Lima, en donde tenían el apoyo de Fr. A.rttonio, llamadas María .de Bena–
v.ides y Luisa de- los Ríos (hiias legítimas con distintos
apelH~os
pqr el uso
de
1~
época, segÚn el fuero de los mayorazgos), 'fundó una recolecta o con–
vento más estricto, dentro <le los muros mismos del monasterio de la Encar–
nación; ayudóle en esta empresa el no menos célebre fraile, peruano también,
Femando de Valverde,
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místico y galano autor de la Vida de Cristo, inimi–
table en su
~stilo
y poco conocido 'dentro de nuestro
~undo
literario éolonial.
En 1639, cooperó eficazmente a la fundación del convento de agustinas
descalzas del Prado, del cual fué confesor y también cronista.
Iil día 1<? de mayo,<? domingo segundo de Cuaresma, del año 1654, apres–
tándose para decir rp.isa y predicar, a .las ·siete\ de la mañana, vínole un sínco–
pe y murió, parece de apoplegía, dejando en 1a capitaL del Virreinato gran
fama de
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virtud y letras y legando a nuestra historia su interesante y erudita
obra cronical.
El P. Calancha comenzó a escribir su "c;orónica Moralizadora" más o me-
.
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nos por el año 1630. La primera parte fué publicada en Bar<;elona, en 1638.
En la segunda parte se relata principalmente el origen del Santuario de Copa–
cabana, j;ranscripción aumentada de la relación del P. Ramos Gavilán, con
gran acopio de datos geográficos, etnológicos y folklóricos acerca del Perú; •
iba a contener esta segunda parte cinco libros, pero salta bruscamente el
texto del inconcluso libro II al V, para relatar la
crónic~
del monasterio del ·
Prado, porque, segÚn él
pr~veía
con fundamento, pareciéndole que no le iba
a alcanzar la vida para concluirlo (como en efecto sucedió); hizo primero aque–
lla parte posterior, parte que comenzó a escribir en 1653, .un año antes de su
muerte. No tuvo la s.uerte de verla ublicada, pero sí impresa, obra rarísima,
que contiene además la historia agustina en Chile. Su continuador fué el
P. Bernardo Torrés, quien escribió 'la crónica agustina con los datos hereda–
dos de Calancha, pero con un estilo superior
Y
aeñido estrictamente a lo his–
tórico y conventual. La obra más conocida
Y
principal es, pues, la I parta
de la Coránica, y de la que nos ocuparemos brevemente. Como el P. Acosta
escribió su Historia Natural y Moral, es decir narrativo-descriptiva y filos6fico–
ética, al estilo y ambiente cultural de. su época, no
men~s
igual a ésta es la