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LOS CRONISTAS DEL PERU

161

En lo que se refiere al Perú són también importantes svs obras "Predi–

cación del Evangelio en el Nuevo Mundo viviendo

l~s

Apóstoles", public,ada

segÚn Mendiburu en 1625; y' la inédita "MGmarquía de los incas del Perú"',

la cual mencidna en su

~bra

principal citada

Y.

que urge buscarla

y

publicar-:-'

la por tratarse de autor tan importante.

55.-El

Doctor Fernando de

Avendaño.-Este ilustre escritor

'y

virtuoso

sacerdote. nació en la ciudad de Lima, aunque otros afirmah ser

11:atur~l·

de

Laja en el entonces Perú Virreina!, entre los año$ 1577 a 1580, hijo de padres

modestos y artesanos llamado"s Gaspai de A

v~ndaño

y .María González Enrí–

quez; recibió la educación de la época hasta ordenarse de l?resbítero el año

1604, elerc;iendo el .curato de tres pueblos de indios en el arzobi¡¡pado de Li–

ma. En 1637 desempeñó con lucimiento las cátedras de Arte_s y Teolog;íq. en

la Universidad de San Marcos, y durante los años 164Q·'y 1641, fué Rectqr de

la misma Universidad, teniendo que dejar este alto cargo por falta de saluc;l.

En su carrera eclesiástica tuvo el cargo de Calificador del Santo Oficio,

Canónigo del Coro de la Catedral limense, llegarido hasta las dignidades de

Chantre y Arcediano; el Arzobispo don

Fernand~ Ari~s

de Ugarte le nombró ·•

Provisor y Vicario General de la Arquidiócesis, el cual llegó a estimarlo· tanto

que, estando en vísperas de morir, en 27 de er¡.ero de 1638, escribe al' Rey en

estos términos: ."Señor: a la hora de la muerte, trato sólo de descargar mi

concienci~

y así quiero suplicar a V. M.

y

solicitar· el premio del doctor

F~r­

nando de Avendaño, mi provisor, que en su oficio ha procedido con tanta

aceptaci'ón mía y de todos, que no es pequeña parte para el consuelo con

que

voy

en lo que ha -sido a mi cargo .. .'.'

El Arzobispo don Pedro de Villagómez, que tanto se descollara extir–

pando la idolatría de los indígenas del Perú, .nombró al Dr. Avendaño, jun–

.tamente que a su colega cusqueño doctor Francisco de Avila y al Dr. Diego

Ramírez, como visitad0res de ·su Arzobispado, el año de 1643; no fué mala

esta triple elección, pues Avep.daño y Avila respondieron tan eficazmente que

nos han deJado obra escrita de sus trabajos de evangelización y

~xtirpación

de idolatrías. De Avila ya qemos hablado; y de Avendaño mencionaremos

su obra: "Sermones de los Misterios de Nuestra Santa Fe Católica en lengua

castellana, y la f.Jeneral del Inca", dedicada al arzobispo Villagófnez e im–

preso en Lima, año 1648, por Jorge López de Herrera (Imprenta en Lima, por

José Toribio Medina, tomo

1),

Se dice también que ya en 1617 escribiera

otra obra análoga titulada "Relación de la idolatría de los Indios", de la que

sólo sabemos que existe un ejemplar en la Biblioteca de Cohn <Berlín), bajo

el número 215.

.

En 1655, fué' presentado para Obispo de Santiago de Chile, nombrado

en 1657; desgraciademtne,• cuando ya el Dr. Avendaño dormía en la

~temJ...

dad

c~rgado

de méritos y de añps.

Los sermones del Dr. Av:endaño, demuestran en su autor no sólo cono–

cimientos teolÓgicos profundos, los cuales supo desarrollarlos con Íucimien-