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7·0 ORGANIZACION DE LA SOCIEDAD EN EL
PE.RUPRECOLOMBINO
En efecto, para que hubiera tenido · valor la sistemáti–
ca de Generaciones, se requería . de, una promiscuidad
sexual entre los individuos de la rr.isma generación, para
poder considerarse padres de todos los de la generación
:posterior y que éstos los reconozcan como tales. En el D·e–
recho Materno, que acabo de entresacar, la poliandria y po–
ligamia se restringieron de m·anera que excluían del co–
mercio sexual a los ,hermanos uterinos, como lo prueba el
'hecho de que en el Keschua, todos los hermanos del Yaya
de Yo sean también Yayas, del mismo modo que de todas
las hermanas de !a Mama de Yo ·sean también Mamas.
Lo
lógico ·sería suponer entonces que la hermana del Yaya de
· Yo sea, de igual manera, Mama, pero, y he aquí la prueba,
se le llamaba Ipa, es decir, quedaba fuera de categoría de
n1adre, lo mismo que Caca quedaba fuera de la categoría de·
p~dre,
lo que evidencia que no había confusión sexual en–
tre hermanos uterinos, porque de lo contrario, todos los
hermanos de mi madre habrían sido Yayas y todas las her–
manas de mi padre, Mamas. ·Cabe ahora de esta ind,1c..
ción, una deducción lógica. Si la promiscuidad sexual se
l1abía restringido en 'un círculo interior' también lo había
hecho en otro exterior. ya que, siendo todos los hermanos del
padre de Yo, Yayas, fácil es suponer que eran también ma–
ridos de mis Mamas. con lo que se había dado un paso más
hacia la reducción ·de la poligamia
y
poliandria. ·cosa análo–
ga no percibe en el A'ymara. Prueba esta costumbre la re–
tnariencia,
qu~
iné:Iudablemente
.es
un r'e.flejo de este estado
social, de neredar el nermanq a la mujer o mujeres del que
moría~
pasando a su poder eti calidad de esposa, como apa–
rece
en
páginas
posteriore~.
A.
pesar ae ha&rse reautido. interior
y
exteriormente.
el comercio sexual,
aún:,
era
casi
imposible, ·por
la aebilida(t