JOSE M.E.JIA VALERA
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Hnea de los padres. Así, para nominar a la Hermana del
Padre de Yo, se dice Ipa; y al hermano de la Madre de Yo,
Caca. Si se apela nuevamente al .Aymara encontramos que
solo para los varones hay esta diferenciación .arcaica en el
Hermano del Padre de Yo, Auqui y al Hermano de la ma–
dre de
Y
o, Lari. Para el femenino hay voces compuestas, a
todas luces, de tiempo más reciente.
Por otra parte, hay uno bifurcacion expresa entre los
hijos del padre y los hijos de la madre, como ya hice notar
antes. Si la madre
.ha
fundido el masculino y femenino de
}lijo en la palabra Huahua es evidente que ·ha .perdido el
género, o sea que ha habido una degeneración gramatical
que está. probando la proximidad de desaparecer como re–
ferencia expresa para adoptar las denominaciones que usa
,
el padre, como sucede en el Ayrr..:ara. Se nota pues una su–
perposición de otro sistema de parentesco sobre el ya descu–
bierto antes, pero también anciano y casi derrotado, como
.aparece con mayor positividad en ·el Aymara.
Recién ahora se puede apreciar esta segunda planifica–
ción consanguínea que tenía como eje de. comparación a las
madres, es decir, representa la vigencia absoluta, en época
anterior a la aparición
~el
Estado Inca,
y
posterior al sis–
tema de Generaciones, del Derech0 Materno, mediante el
cual el parentesco se computaba por la vía uterina, debido,
a todas luces, a la poliandria de la mujer
y
a la poligamia
del varón, restringidos. (34).
( 34)
La expresión ..Derecho Materno" la he -tomado de la termi–
nología que usó el sociólogo suizo
j .
Johan aach,ofen•. en su.
libro "Das Mutterrecht'•, publicado en 1861 . Pertenece a Ba–
chófen el privilegio de haber sido el 'primeró en descubrir esta
etapa inmemorial, mediante
un~ . especi~l
interpretación de la
mitología griega . .
En
gencr~l,
es
evolucionist~.