ptodigandole una cosecha abun–
dante i feliz.
·Oh lnti, Padre i Señor de
~a
Vida: bendice
nuestras cose•
chas i haz que rebasen en nues•
tros ¡ranel"'s.
Luego iniciaron
la
canción
de la cosecha, la que se fue a ·
crecentando,
.a
medida que el
entusiasmo iba creciendo.
Con ¡ran
destreza
rasga–
ban Ja "panca" i
la
abrían para
cojer el dorado maíz que iban
llenando en
pequeñas alforjas
colgada~
al cuello a manera de
poncho, las que
iban vaciando
en pequeños montones que ó–
tros iban recojiendo i cargando
para
formar
parvas
enormes,
donde las mujeres
escojían las
mazorcas, según
sus tamaños i
ciases, para enviarlas después a
Aos colkas.
-Urpi, qué aulce es la vi–
da a tu lado,-
ie decía riendo
l\lausa Sonko,
a Pasña, la hija
de Hualpa Rupa.
1
cojidos
de
~as
manos,
'Volvían a la iabor.
l'Jausa Sonko estaba ardien–
temente enamorado
de la mu–
chacha,
i ámbos
esperaban la
fiesta del matrimonio, que se a–
cercaba en todo el Imperio.
El
Sol ardieñte había amo–
dorrado un
tanto
el
ánimo de
los tl'abajadores, cuando el can·
to azul de la cosecha volvió a
elevarse a
los cielos, como una
ofrenda a Púnchai, que en ese
momento llegaba al cenit.
"Ay,
avecillas
no devoréis
de mi princesa
la cara mies.
Aves golosas
miedo tened ;
porque en la liga
váis a caer.
Ay,
tuya, tuya."
Los mozos se irguieFon
el
trabajo se hizo dulce i activo, al
conjuro del canto i de la músi–
ca; pues en ese momento redo–
blaron con mayor vivacidad las
tinyas, i · tocaron ·las flautas una
danza
de movimiento i de rvi–
da.
El trabajo - se tornó en una
danza. Hombres i mujeres mar–
caban el ritmo
trabajando con
entusiasmo.
•
Pasña cantaba mirando de
momento
en momento a Ñausa
Sonko.
Y
o no
s.é
qué amor
es
éste
que hasta soñando te veo;
si despierta, estás presente
como en el espacio está el Sol.
Te guardo en mi pensamiento
como a Dios le guarda el
alma;
como a ]a luz el espacio,
como al aroma la flor .
1\lausa, emocionado, gritó:
-Pasña
l
Plugiera al Sol mul–
tiplicar tu ventura como los gra·.
nos del dorado maíz!
-1
la tuya
ta.mbién.-
dijo
Pasña.
Luego,
ruborizándose, aña-
dió:
- ¿Ves a mi padre? .... . . .
Nos está contemplando .. . . . - ..
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