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J.
Imbelloni: Pachakuti IX
perdido, los Pachakuti y las señalaciones pertinentes fueron
contadas en la lectura como otras tantas personas, o, lo que
es peor, como apelativos de los soberanos inmediatos. Véase
el caso del Pachakuti . III, que corresponde a dos personajes
consecutivos, Maraskhu (26°) y Paullu Atauki Qhápaq (27°),
padre e hijo, y el otro del Pachakuti IX, del que se trata en
esta Memoria; ambos confirman que el Pachakuti fué un
. jalón del registro, antes de volverse apelativo de un rey.
5o
En base a la restauración crítica de las listas que han
llegado hasta nosotros, hemos podido restablecer que su forma
originaria comprendía 88 reyes anteriores al Inkanato. Una
prueba de ello se deduce de la misma lista de Montesinos,
a pesar de su
for~a
adulterada y de las continuas interpola–
ciones perpetradas por el Autor en las redacciones sucesivas;
consiste en que Amaru resulta ser .el 'octogésimo tercero' rey
en la numeración en todas letras del texto, y a su
5o
sucesor
Inti Máyta Qhápaq, puesto ante el propio umbral de la serie
incaica, corresponde, por lo tanto, el sitio
octogésimo octavo.
6
o
Esta disposición de 8 Pachakuti y 4 Soles, repartida
en la cadena de los nombres preincaicos, 88, fué el producto
de operaciones mentales sencillas y simétricas. El sistema
comprendía - entre uno y otro de los 8 jalones - el mismo
número de soberanos, esto es, un paquete de 10 nombres.
Lo esencial es que la lectura - o más bien el canto - de
los 10 nombres, seguido por su respectivo final de período,
o Pachakuti, dió lugar a una interpretación de carácter per–
sonal, y el Pachakuti fué humanizado hasta atribuirle cetro
y corona. Se tuvo, de este modo, 11 reyes por cada período
intermedio, y 22 por cada Edad o Sol, y cuando fueron con–
tados en una lista integral, copiada luego por los primeros
anticuarios .peruanos, dieron el total de 88.
El lector podrá recurrir a las páginas de la monografía
de 1941, si desea formarse una idea completa del asunto, y
sobre todo valuar la solidez de las bases documentales y las