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J.
Imbelloni: Pachakuti IX
último, entroncando nuestra indagación analítica en la histo–
riografía transmitida por tradición escrita, fácil resulta ave–
riguar que cuando Garcilaso asigna al total de los reyes Inka
la duración de 400 años, se queda corto, pero no así Blas Va–
lera, quien dice "que fueron más de 500, y cerca de 600"
(Comentarios,
p.
,32, 1). En efecto
6
~g¿
3
18,
y
tres son
los reyes que siguieron al jalón señalado por el Pachakuti,
tan próximos ya a la Conquista, que sobre su real existencia
no conciben duda ni Uhle, ni el mism.o Posnansky. Este nú–
mero 18, que deducimos de la cronología de Blas Valera, es
de la historia moderna, encontramos oscilaciones máximas excepcionales
de 36,5 y
hast~
38,3 en las casas de los Capetingios de Francia (1574-1793,
seis soberanos) y los Saboya del Piamonte (1504-1773, siete soberanos);
pero si, en lugar de particulares segmentos artificialmente aislados, se
consideran las cadenas sucesorias en toda su amplitud, el resultado
confirma el cálculo herodotiano de las generaciones. Véanse los reyes
ingleses de la casa de Plantagenet, de Enrique II (1154) a Eduardo III
(1377), cuyo promedio en el trono fué de 31 años.
La estadística de los reinados no puede prescindir de la información
de la historia del Mundo Antiguo, porque no se poseen datos fidedignos
•
americanos. Afortunadamente, sus conclusiones no pueden alejarse sen–
siblemente de lo que debió ocurrir en el horizonte de América, y no hay
noticia de poderes recónditos que alargaran sobre medida la amplitud
de la vida humana en el Perú, siempre que se exceptúen las ingenuas re–
velaciones de PoMA
DE
AYALA, quien, con el fin de aminorar el efecto
de sus fantásticas cifras, nos dice que
"tenian una horden
y
rregla de uiuir
y
criar sus hijos cuando muchachos no le dexaua cosa de sebo ni cosa de miel
ni agi ni sal ni uinagre ni le dexauan ueuer chicha ni dormia con muger
hasta tener cincuenta años... se sangraua
y
purgaua cada mes con
x (y aquí
las recetas)
con esto aumento salud
y
vida ..."
(pág. 119).
En cuanto a las sucesiones de soberanos electivos, de ningún modo
sus promedios se presentan más elevados, sino sensiblemente menores.
Entre las estadísticas mejor conocidas figura la que publicara
J.
B.
NIE–
BUHR
extractándola de los anales de la república de Venecia, cuyos
Dogi,
en e1 intervalo de 506 años (de 805 a 1311) reinaron en número de 40,
con un promedio de 12 años y medio.