Table of Contents Table of Contents
Previous Page  63 / 324 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 63 / 324 Next Page
Page Background

Composición del Inkario

53

tructura depende del

no contener duplicaciones y presentar

una única vez la materia histórica y onomástica del relato jun-

.

.

damental.

En tercer lugar, y con la rigurosa prudencia que se impone

al interpretar cosas tan obscuras y lejanas, concebimos que

la causa de la reduplicación perpetrada en el Cuzco consiste

eh la necesidad en que se vieron los compiladores de genea–

logías y cantores de gestas, de construir una guirnalda de

nombres y elementos épicos, destinada a circular entre los

ayllu-kuna de Urin-Qosqo, que no desmereciera al ser com–

parada con la lista de Hanan-Qosqo. Ya sabemos que es esta

distinción una muy obscura materia para el arqueólogo y

el historiador puro, ya que sólo la etnología puede dar el valor

exacto de lo que fueron la

saya

del Norte y Oeste y la

saya

del Sud y Este, en la ciudad del Cuzco. Los legos toman muy

en serio la calificación de ciudad-baja o ciudad-alta, trasla–

dándola groseramente al concepto altimétrico, mientras esta

vieja distinción, que en origen contuvo el binomio masculino-

las dinastías de la historia antigua o de la moderna, que repiten los nom–

bres de Seti y Ramsés, respectivamente Jorge, Carlos y Luis, como ca–

racterísticas de la sucesión familiar. Pero en nuestro caso no se trata ya

de la repetición de Luises en la dinastía de los Capetos, o de Carlos en

la de Absburgo, etc., sino de un entero grupo de nombres, entre sí hete–

rogéneos, que es tomado en su conjunto varias veces, con ligeras modi–

ficaciones, y esto es cosa muy distinta. Encontramos la primera serie

de

Qoya-kuna

en la narración de los Ayares; la segunda en el grupo de

Urin-Qosqo y la tercera en el grupo de Hanan-Qosqo, siguiendo el orden

y sucesión del relato. En cuanto al orden de la invención onomástica, no

juzgamos reconstruirlo por medio de conjeturas, aunque es lícito admitir

que no coincide de modo alguno con la secuencia cronológica de las 3 series

según el desarrollo de la narración tradicional. Tal precedencia, aunque

importantísima, no puede ser tratada en esta obra, y nos conformamos

con haber comprobado, también por medio .de la enumeración de las

mujeres reales, la existencia de un canon de 4 a 5 nombres, que se repite

un cierto número de veces para formar la lista completa del Inkario CQn–

vencional.