Críticos del 1nkario
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que el lector bien conoce, por poco que haya superado el limbo
de los iniciados, de ningún modo resulta suficiente para jus..
tificar una obra de crítica que· ha absorbido tan largo tiempo
y dedicación.
En palabras más claras, nos sorprende ver que los Autores
que se han consagrado a volver evidentes las in.consecuencias
del Inkario oficial, en lo que concierne al historial de Pa–
chakuti y a la reduplicación de las conquistas, de modo alguno
se han atrevido a tocar la lista tradicional - tal como lo
hicieron los críticos de Manku- y la reproducen con el más
religioso respeto. Ahora bien, si se considera comprobada la
duplicación de hazañas, si se ha puesto legítimamente en claro
que hay redundancia de actores y deficiencia de materia histó–
rica, o de hechos, lo más espontáneo que se presenta al inte–
lecto es la conveniencia de abreviar la lista. Sin embargo,
nuestros Autores - ¡sorprendente conducta lógica! - des–
pués de arremeter furiosamente contra antiguos Cronistas y
Autoridades modernas sin ahorrar las punturas del sarcasmo,
y de derribar sin consideraciones piadosas ídolos literarios
y autoengaños patrióticos, cuando llega el momento de soli..
dificar lo adquirido en una modificación de la Capaccuna -
que es lo único que interesa a la ciencia y a cuantos presen–
ciamos esta disputa sin apegos personales - ante la simple
idea de tomar en mano la esponja experimentan el efecto
inhibitorio ·más absoluto.
No crea el lector que escribo estas palabras pensando
únicamente en los Autores contemporáneos que acabo de
citar. El hecho es ya muy antiguo, y bien merece llamarse
clásico. He aquí a Fray Martín de Morúa, apreciado cronista
del Perú, que escribió antes que terminara el siglo
XVI,
quien
presenta al personaje de
Pachacuti I nga Yupanqui
desdo–
blado según dos versiones distintas e irreconciliables: la pri..
mera asegura que es hijo del gran Manku · Qhápaq (lib. I
cap. 3,
in fine),
lo que se confirma en otros pasajes que perte..