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J.

Imbelloni: Pachakuti IX

sexto rey de Roma, conviene pensar que ya llegara a los his–

toriógrafos peruanos un reflejo del proceso crítico cumplido

en la historia romana primitiva durante la segunda mitad

del Ochocientos.

Ningún fragmento de la historia universal conocemos

hasta hoy, que haya sido hondamente removido, sopesado y

desglosado

medi~nte

los instrumentos de la crítica histórica,

con insistencia más implacable y duradera, que el conjunto

de los llamados

1

Siete reyes' de Roma. Tampoco conocemos

un trozo histórico cuyas características reúnan un mayor

número de coincidencias.con el período de la monarquía cuz–

queña (

14 ).

Tanto en Roma como en el Cuzco la narración tra–

dicional se abre con una 'saga de fundación', y en ella juega

el papel principal un héroe conductor de

ayllu-kuna

y

gentes

respectivamente, cuya marcha se detiene en la ribera de un

río: el Tíber y respectivamente el Huatanay; allí una laguna

en el centro de la ciudad, donde se levanta el

Palatium;

aquí

otr~

sobre cuyas ciénagas se construye el

Intiwasi

(más tarde

llamado

Intikancha),

ambos sobre postes clavados en el lodo,

a guisa de palafitos. Siguen a Manku, en el Cuzco, cuatro

sinchi,

o jefes electivos, y a Rómulo, en Roma, cuatro

reges

igualmente electivos, desde Titus Tatius hasta Tullus Osti–

lius; el grupo de jefes peruanos salidos de los

ayllu-kuna

de

Urin-Qosqo

comparable a los romanos elegidos dentro de las·

gentes

Titii-Ramnes,

y el grupo de

Hanan-Qosqo

homólogo

a la elevación de los

Luceres,

o Etruscos. Desde el sinchi

Ruqqa hasta Máyta, el gobierno doméstico y localista de

Urin-Qosqo,

análogo, en la construcción de las bases legis–

lativas y religiosas, al de los romanos de Titus a Tullus, y

por la otra parte el gobierno absolutista y renovador desde

( 14 )

"Porque el Cozco en su Imperio fue otra Roma en el suyo; y asi se

puede cotejar la una con la otra, porque se asemejan en las cosas mas gene–

rosas que tuvieron..."

(GARCILASO,

VII, 8;

pág.

230).