Las momias reales
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fusser loro 1ddij: lo cauano spesso in piazza con musica et balli a torno,
et gli stanno il di et la notte a torno scacciandogli le mosche. Quando alcuni
signori principali vengono a veder il cacique, vanno prima a render gratia a
qste imagine, et dopo al cacique
(al Inka)
et fanno con essi tante cerimonie
che saría gran prolissitá lo scriuerlo..."
(pág. 414)****
En cuanto a los poseedores y guardianes de las momias reales, con–
viene acaso dirimir las contradictorias relaciones llegadas hasta nosotros,
por medio de la interpretación siguiente, que fundamos en otro pasaje
de Cobo. Los 'cuerpos' que se atribuían a los soberanos más remotos, se
conservaban verisimilmente en el templo del Sol; el personal dedicado
a su cuidado, y que por lo tanto gozaba de los beneficios morales y eco–
nómicos inherentes a tal servicio, era el sacerdocio en general, represen–
tado por particulares grupos especializados. En cambio, los restos de los
reyes más recientes, y de seguro los de los monarcas de
Hanan-Qozqo,
fueron
reclamados por los descendientes directos, en nombre del respectivo
ayllu
(CoBo,
XIII,
10). De este modo se concibe que Polo encontrara el cadáver
de Wáyna Qhápaq en poder de vVilpu Ttitu y Sumaq Yupanki, parientes
del rey y delegados a ello por el
ayllu
y descendencia respectiva.
No olvidemos dar una mirada a la faz económica de estas costumbres
del antiguo pueblo peruano. Cada soberano muerto tenía su personal de
'ministros y sirvientes'
que comprendía en primer lugar_a los
"señores y
cabezas de las parcialidades"
(CoBo,
XIII,
10) y en segundo término
'gran
copia de ministros',
esto es, de sacerdotes (AcosTA,
V, 6).
Es natural que
estas disposiciones implicaban un gasto por nada indiferente, a cuyo sus–
tento se aplicaban las rentas particularmente instituídas a tal fin por cada
****La interesantísima narración de PERO SANCHO, fechada en la ciudad de Jauja a
los
15
de Julio de
1534,
ya no puede ser leídaen su texto original, por la pérdida del manus–
crito. Unicamente nos queda la versión italiana publicada por GrovANNI BATTISTA RAMusro
en Venecia,
1556,
entre los documentos de su monumental obra
Delle Navigationi et Viaggi
etc.,
volumen III, en que el editor afirma haber seguido
verbatim
el manuscrito original. En
1850
el benemérito americanista Don JoAQUÍN GARCÍA YcAZBALCETA publicó en México
una edición castellana, cuyo texto es la retraducción del de Ramusio, realizada con esmero.
En estos casos, sin embargo, la buena regla es seguir la lectura del texto más antiguo. Así lo
hizo B.ANDELIER en su obra sobre las Islas del Titicara, y así lo hacemos nosotros en este
trabajo, al extractar nuestras citas de la
Relatione per sua Maesta di qvel che nel conquisto
&
pacificatione di queste provincie della nuoua Castiglia
e
successo
etc~
Al ojo experimentado no
se le escapa, por ejemplo, la diferencia, aparentemente nimia, que pasa entre el singular de
Ycazbalceta:
cabellos
y
uñas que
'se
cortaba'
y
los vestidos qu,e
'se
ponía'
y el plural de la edición
veneciana:
capelli et vnghie che
'si
tagliauano', et vestimenti che.
'si
vestiuano'
•.
lección esta
última que es válida para atestiguar que no se trata del solo Wáyna, sino de los Reyes en
general.