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evidente de una . interligencia ya desarrollada en aqueJlos

tiempos primitivos.

Además,

los arqueólogos han d.es.cublerto ·cueros

animales, tabletas, piedras y objetos de alfar·ería con ins–

cripciones }erogHfitcas: puntos, líneas, cír·G.ulos, figuras gteo–

métri•ca~s,

árboles, silue.t·as y soil·es que

s~n

duda ex:presan

pensamientos, pero .cuya el

ve es desconocida.

- Por otra parte, sabemos ·que tenían rosarios de diferen–

tes guijarro:s o de granos de m'aíz, par:a r•eeordarle.s los ·im-

puestos y las deudas.

Este .sistema fué: hábilmente

adoptado .por los primeros

misionevos

par~

in-cuJear en .los obtusos _eer·ebros indios las ..,

verdades de la fe y las fórmulas de oraciones. Así, pues, .los

catecúmenos solían llevar collar·es de pi·edrecitas. cuyo ta–

maño y colores diversos les recordaban los artículos del Sím–

bolo, de

lá~

peticione:s del Padrenuestro o de las palabras

d ·e~

-Avema.:vía.

Los

q.uipos,

lá es•critura ideográfica, -los rosarios y collares

mnemoté·cnicos prueban, sin duda, cierta agudeza de es–

píritu en las generaciones quichuas del pasado; mas, ¿dónde

están ahora estas fa1cultades intelectuales?

Algui-en ha escrito al respecto esta frase lapidaria: ·."El

· alma del indio ·es impenetrable, como un va:so hermética–

mente cerrado; y_en verdad, nada revela la vida de ese mun–

do interior". ,Pero tratemos de destapar un poco

~quel

vaso ...

He aquí lo que m·e escribió uno de los profeso

:ves~

de la escue–

la primaria superior de Huanta, en un examen pedagógico:

"La

memoria

es lenta, ·es•casa, ·entre la mayoría de los

individuos, aun cuando su aplicación sea notable: Por lo

demás, esta últim·a-nunca' e:s continuada, porque son distraí–

dos

su espíritu s·e cansa rápidamente; sin embargo, una

vez que al indio le entra algo en ía cabeza, no

le olvida

· más, sobre todo si

trata de eosas ma-teriales.

."Particularmente recuerda la actitud

los hechos del

prójimo que J.e impresionen. Así ·es cómo

·encuentr·an an–

cianos que cuentan con admirable precisión los aconteci–

mientos que presenciaron -50

70 años atrás. Por ejemplo,

aquel octogenario que describía una llama que viera. ·en su

priW-era juventuq: ·el tamaño exacto, el colorido de su lana,

ías diver

sas peladuras de sus orejas, sus cualidades y manías

duran.te

el viaje, su resistencia en la marcha

fuerza

para ta,

l o cual carga.

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