fractarto,
y,
PO·r ultimó, las
~'pledrás
de
vacaH,
como
panace.a
cuando se las emp}ea .oportunamente.
*
. '
Las observancias y ritos -de los quichuas son innumerables
y sólo puedo citar algunos de ellos.
A
pesar del bautismo, han conservado el culto del sol, y
muchos lo saludan al levantarse con rev·erentes manif,esta-
c~n~.
_
Cuando el granizo y lars. he·ladas amenazan las cosechas,
todo él mundo 'sale de las chozas: gritan, golpean las manos,
.soplan cuanto pueden para ahuy.entar las pesadas nubes y
disparan al aire hojas de coca.
·
Si sobrevi·ené un temblor, los indios golpean los tallos
de maíz o aprietan fuerte·mente c-on las manos cualquier
parte del cuerpo, gritando: ".¡Oh tierra, no te lleves -mi co–
secha; no arranques nada de mi persona!
.
-'--'
~n
período de sequía, ha,cia fines- dé octubr·e, los qui–
chuas enc1erran d·entro de un recinto reducido una llama
negra y la dejan en ayuna varios días
, vie!rti·endo
.a
su alre–
de-dor grand·es
cantidad~s
de chicha,
cg.momedio infalible
para
.ob~ener
abundantes lluvias ...
Actualmente, cuando el
ti~empo
se os.curece ha·cia el
~lado
de Tambos, los indios obligan a rezar a .sus hijos una misma
súplica ante las imágenes
.sagrada.~:·
"¡Dios Padre, envíanos
tu agua; Diqs Padre__, de:searga .sobre nosotros tu lluvia!"
'--'Si DlotS permanece sordo a sus ingenuas
súp~icas,
_la
aldea decreta una peregrina.ción al ''Taita-Rumí" (padre–
roca). Este e:s un monolito de granito cuyos con:tornos re-–
c.uerdan vagamente la silueta de ·un monjoe, ubicado en la
falda de .una colip.a. a poca di.sta_ncia de-l estánque de aguas
· misteriosas si-tuad-o en la cumbre. ¡Un ·genio _tutelar y ·un
lago sagrado! ¿Cóm-o no habían de ejercer fascina·ción en
e1 alma indígena?
Se fija una tavde
P.
ara la ceremonia.) Al son de los tam–
bores, todos
los
habitantes de
los
va-lles vecinos se re_únen
en la aldea principal, formando una multitud pintoresca,
cargada de cántaros
y
canastos. En seguida se dirigen al
rio Ako ('arena), lo atraviesan y luego escalan la ribera opues- -
'ta. Al cabo de una hora, los peregrinos Hegan al pie· de la
roca tallada por ·el cincel de los .siglo:s.
La muchedumbre cae de rodillas
be-s~ndo
el suelo y gri–
tándol.e al personaje de piedra, ante el cual depositan parte
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