,
Detrás de los
taurukas
vi-enen los
ukumari
u osos del
Amazonas. Enc·errad:os _dé pies a cabeza en varios pelle–
jos de
co~deros
negros cosidos entre sí,
lo~
indio§- ayanzan
pesadamente al son de un tambor. Largas orejas de puerco
les go:pean las mejilla:.s. Igual que los demás, imitan las pos-
, turas, los
ba~anceos
·de cabeza, la danza
ridícul~
y
los ru–
gidos de la terrible bestia de la yungla, mientras la multi–
tud, entus.ia.smada, grita de admiración
y
placer.
CAPÍTULO V
FESTIVIDAD,ES QUICHUAS .
· (Continuación)
Fies,tas C!flrícolas'
.
Una de éstas es la del maíz, recuerdo del festival incaico
en honor de esta. gramínea. Según el concepto quichua, la
planta era sagrada y de ·esencJa div.ina; e:manada del
Sol, ·cuyo color conservaba, constituía también su alim-en–
to, y por este motivo el'los mismos la habían adoptado
como alim·ento principal de la nación. Imitando inconscien· _.
t ·emente a los judíos, que dejaban siempre los doce pan·es
de proporsición sobre el altar de Jehová, los indios del Perú
' colocaban .do·ce vasos alineados. frente al del Sol, llenos -' de
maíz escogido, para .el día en que el dios luminoso tuvi·es·e ·
hambre.
· .
.Además, junto al santuario
se .
elevaban doce capillas re–
vestidas d·e placas de oro, que servían de graneros de1l maíz
sagrado. En la época de madurez, o sea ·en junio, los jefes
de clan elegían de la cosecha las más bel,las mazorcas, las
más perfectas por su colorido, el número y la disposición de
ltOs granos. D·espués de perfumarlas, las co}oca.ban en ca–
nastas lujosamente adornadas de cintas y las ·entregaban a
loo sacerdotes. - ..
.
. .
·.Estos Q.epo:sitaban las canastas sobre inmensas bandejas .
de oro dispuestas .en los santuarios del Sol y las guardaban
allí cu}?iertas de riquísimas telas. Dur:ante tr·es días, S'everos
centinelas guardaban .la ·entrada a fin de que la divinidad
tuviese calma para comunicar e impregnar a todas las ma–
z<>rcas sus v¡rtudes fecundadoras, convirtiendo hasta el últi–
mo grano en maravillosa s·emilla para el futuro.
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