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CAPiTULO IV
F E S T I V I D A D E S
- Q
U I C H U A S
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Danzas, toros, fuegos artificiales, carnaval
El
amor a las flestas es una invencible herencia incaica.
A f'in de mantener al puehlo en un
f~liz-· sometimiento
en
medio de las ·-rudas labores que el ·col•ectivismo le imponía,
los incas se esm·eraban en organizarle festividades. Habi·a
dos m·ensuales a fecha fija
y
obligatorias; otras se
adapta~
· ban a las circunstanci·as de la vida pública o privada. Va–
rias de é:stas sobr·eviven aún en las costumbres modernas;
algunas son generales; otras, solamente r·egionales.
Ya hemos descrito las del matrimonio
y
la
infancl~;
pero ·el .quichua moderno está si-empre al acecho de toda
oportunidad propicia_. Un día feriado, · los aniversarios de
nacimiento, la fiesta de un compadr·e o un amigo, el
car~
naval, ·el nombrami·ento para ·el ·cargo de
varayóc
o cual–
quier otro empleo, l·a fiesta nacional, los
tra~b
ajos agrícolas
tradicional-es, ·el enti-erro .ele un pariente o un vecino, todo
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es motivo de jolgorio.
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Lo
que más entusiasma al quichua son las danzas.
Fuera de flautas, tambores y trotp.petas que
se
emplean
en todas partes, las orquestas
se
componen de
instrum~nto.s
que varían según la provincia o las fi.gur:as coreográficas..
Se ·encu·entra así l·a flauta simple
y
l·a de Pan, fabricada
con cañas de bambú; las·
bo~inas
de conchas marinas, las
. hai"pas triangular·es o balalaikas
y
las mandolinas.
.En estas oportunidades se observa una gran-variedad de
traj-es entre los danzarines. En algunas partes, el indio s·e
presenta luciendo las insignias del inca; más allá, se le ve
atav'ia·clo com·O un ,noble, con inm·ensos discos ·de
m~etal
en
las
or~ej
as
y
uh policromo t"ur.ban'te ciñéndole la frente; en
~
otras regiones, se disfraza de conquistador español, peTo en
forina
burl~es·ca.
Muchos visten una estrecha túnica orlada
de innumerables·
.cascabe~les.
Algunos
se
disfrazan de dia-
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blos, osos, monos, jaguares o cóndores, cuyos g·estos
y
mue-
·cas, saltos e indec·encias imitan. Al indio le encantan sobre
todo las máscaras, y siempre le par·e·c·en más bellas las más
grotescas, nueva señal del instinto atávico.
Estos enma.Scara.dos, vestidos a vec,es de "áni·eles terre-
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