la severa consigna. Para ellos no hay alegria sin ruido, mo–
vimiento, emociones imprevistas, música, ebriedad y un poco
de sangre.
*
Otros elementos indispensa}:;les en 'las diversiones púbUcas
·son las fogatas
y
los fuegos artifi,ciales.
La víspera de toda festividad popular, hombres, mujeres
y niños se dirigen a las colinas cercanas para T'ecoger ra–
mitas, hie·rbas secas
y
le~a,
que juntan en , grandes haces.
Por la tar:d·e, todos los excursionistas des•ctenden hacia -el
pueblo o aldea, se reúnen en masa a la entrada
'Y,
al son
de trompetas y tambores, en medi,o de cantos y danzas, to–
dos entran por las canes y amontonan sus combustibl,es
~n
-
la plaza. Por su lado, los especialistas
~en .
fuegos artificialres
levantan allí
y
organizan el armatoste que exige el arte
pirot~éenico.
Al caer
1~
noche -empieza la fiesta. Arden las fogatas;·
chisporrot·etan cohetes y petardos; ·estallan
lo~
castillos
y
fi–
guras de fuegos .artif'iciales, rasgando las tinieblas con su luz
y
los oídos con su bullicio.
·
Al día
sigui~en
te, nuevas descargas Q.,e todas las piezas
en los momentos más :solemnes de la misa mayor, pues estas
costumbres se aplican también .a las festividades religiosas.
Si algun curioso
r~ecibe
un
~explosivo
sobre ·el cuerpo, en
las
pierna~
o en plena cara, .se esfuerza en no
manifest~r
su dolor. Entonc·es se le aplaude: es un vaUent·e,
y
su herida ·
.
\
se
convierte en un galardón glorioso.
·
En una fi·e.sta corriente, ·el gasto general de pólvóra para
e~stos
juegos asciende a veces
:a
la suma de cuatrocien
to.~
o
seisci-entos soloes (cuatro o cinco mil francos), que_debe des–
embolsar el padrino, organizador de la bacanal.
*
Acaso se considere demasiado fuerte · este último térmi-
..
no. Desgraciadamente,
~es
·el que mejor cuadra a las reunio-
/
nes indígenas. É1l olor acre de la pólvora,
e~l
polvo
y
e'l calor,
el agotamiento proV.ocado por la-continuidad de los cantos
.,..
y las danzas, la abundancia y mezcla de las bebidas, la.s no-
tas lánguidas dé la orquesta, todo ello concurre a sobre·ex·ci–
tar los nervios, los sentidos y el fondo ··corrompido de la mul–
titud; que pronto quebranta los frenos de toda reserva.
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