ses. Los sacan con frecuencia a la plaza con mus1cas y
danzas, y se están de día y de noche junto con él, espan–
tándole las moscas. Cuando algunos señores principales
vienen a ver al cacique, van primero a saludar a estas fi–
guras y luego al cacique, y hacen con ellas tantas ce–
remonias, que sería gran prolijidad escribirlas. Se junta
tanta gente a estas fiestas que se hacen en aquella plaza,
que pasan de cien mil ánimas. Salió muy bien haber
hecho señor a este hijo de Wayna-Qhapaq, porque ve–
nían todos los caciques y señores de la: tierra y provin–
cias apartadas a servirle y a dar por respeto suyo la obe–
diencia al Emperador. Los conquistadores pasaron gran–
des trabajos porque toda la tierra es la más montañosa y
áspera que se puede andar a caballo, y se puede creer
que si no fuera ,por la discordia que había entre la gen–
te de Quito, y los naturales
y
señores de la tierra del
Cusco y su comarca, no habrían entrado los españoles en
el Cusco.
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