grac1on
y
emigraci6n que se notaba en la ciudad impe–
rial. Esta antiquísima ciudad fué incendiada
2
años des–
pués de la llegada de los españoles con motivo de la gran
sublevación de los indios; sin embargo, al reconstruirla
se conservaba el plan de ella en sus lineamientos generales,
de tal modo que las calles y plazas del Cusco actual co–
rresponden, en principio, al antiguo. Los españoles en–
contraron en los edificios públicos y casas de los Inkas y
nobles, riquísimo y cuantioso tesoro de metales finos; sin
embargo, el monto de presa queda muy bajo de sus espe–
ranzas desmesuradas; pues una gran parte de las obras
artísticas de oro y envases había sido extraída de los
templos y palacios para enviarla a Caxamarca, y los in–
dígenas, antes de la llegada de los extranjeros, habían
transportado mucho a un sitio seguro donde las escon–
dieron.
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