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.1

CARLOS CAMINO CALDERON

l27

pondientes

descolga:duras

-

verdaderas epopeyas de carri..,

zo, pólvora y papel de estraza, y en las que

~1

ciego Muro,

de Ferreñafe, o el

Zarco,

de Ciclayo, hubiese trabajado du–

rante una ·seli!ana, son tortas y pan pintado para un

11'layor–

dm.1'lO

que quiero hacer sonar su

nombre.

.

Durante todo el tiempo qüe dura la confección del

castillo, ningún

may01'domo

quiere ocuparse de otro asunto

que no sea

s~t

castío,

aunque la ·chacra se empaje, aunque le

iaginen la toma, aunque le -rompan los

·ce~cos

... Y sobre to–

do, no quiere ocuparse en saber lo que están haciendo los

otros

mayordomos.

Se moriría de rabia si supiera que al–

guien lo está superando.

Por ese motivo, cuando un asunto no interesa, en

Lam–

bayeque, se dice:

-¡Esos son cuetes de otro mayordomo!...

ESTAR A

1:

MANDO

ELi

PLATO.-Equjvale

a:

estar al partír de

l!1

contite.

La festividad de 1 ur.ísima,

el

8 de

d~ciembre

era ce-

lebrada en Chiclayo -con gran pompa y esplendor. Como que

la Hermandad de es€ omhre e taba constituida por gente

adinerada, y amig / Clel festejo

y

de la. albórbola.

Para esa festividad, Chiclayo entero se echaba a la ca–

lle luciendo lo mejor de la guardarropía. Era de ver la colec–

ción de vestidos, zapatos y adornos de los tiempos de Ñangué,

que arrancaban gritos de admiración a los visitantes de Lam–

bayeque y de los Pueblos de Arriba, especialmente invitados

para la Purísima.

Después de la misa de fiesta que era cantada por tres

sacerdotes, los miembros de la Hermandad - encabezados

por el

primer mayordomo

-cruzaban la Plaza atestada de

mesitas de maraca, puestos de chicha y

gutifarras de chan–

cho horniáu,

perole~

de buñuelos, etc. etc. Muy solemnemen–

te - más solemnes .que bolivianos - báculo en mano, se di–

r:gían al local destinado para

la boda.

Allí los

e~peraba

una tonelada de comestibles y varias

tabernadas

de ·chicha, que debían consumirse en ese día.. Los

invitados tomaban asiento alrededor de la mesa sobre la que

se veían los platos de la Fulana, los cubiertos de la Zutana,

los manteles de la Mengana ...