EL
IMPERIO
\
~
-
.
SOCIALISTA
D E
L
ó
S
INCA S
generoso que por una acción brutal,
y
con esto nos da la
medida de su habilidad política (
1).
Gracias a los cronistas, conocemos algunos detalles de
cómo proc·edía el inca cuando quería conquistar un territo–
rio
(2).
Se informaba primero de la situación general de la
tribu que ocupaba ·ese territorio
y
de sus alianzas; se 'esfor–
zaba ·en aislar al adversario obrando sobr·e los }efes de los
pueblos vecinos m·ediante dones
o
amenazas; después en–
cargaba a sus ·espías el estudiar las vías de acceso
y
los c·en–
tros de resistencia (
3) .
Al mismo tiempo, enviaba mensa–
jeros en distintas ocasiones, para pedir obediencia
y
ofre–
c·er ricos pr·esei?-tes . .(
4) .
Si los -indios se . sometían, el inca
no les hacía ningún daño; si resistían, el ejército penetra–
ba en
el
terri
ero
~in
·eptre arse
al
pillaje
(1)
La m.anse
u~~~Dii~~~
de Pomatambo, m
5, lib. 3, ·cap. 9) .
ar
(5).
·eros em–
sus f1e-.
(2) Cieza de León, "Crónica"; segunda parte, cap.
18.-.
Santillán, "Re–
lación", par.
8.-
C. de Castro, "Relación", p.
207.-
Garcilaso, ''Comentarlos'',
lib. 5·, oap. 12. Garcilaso refiere que habiendo recibido una población men–
sajeros del inca, consintió en recibir provisionalmente a.l soberano, con el
compromiso de que el conquistador se retiraría si sus leyes no convenían
a los habitantes. El i,nca aceptó; pero habiendo reconocido más tarde la
población
1a
excelencia del. sistema peruano, se sometió definitiva-mente
(".Comentarios", lib. III, ca,p. 15). Esta historia es muy sospechosa. Mar!
montel la reproduce
("Les Incas",
ob. cit., p. 241>).
(3) El espionaje desempeñaba un gran papel en la prepai">ación de las
guerras. Los yanaconas eran considerados maestros en el arte en la época
de los españ.oles. Herr·era, "Historia General", dec. 5, lib. 6, cap. 5;
li'b.
10,
cap.
1.-
Anello Oliva,
"Histoire du Péro.u",
trad. !ranc., p.
114.
•
(4)
Se
sabe que en muchos pueblos antiguos la oaceptacfón del regalo
del soberano era un reconocimiento de autoridad y ligaba a las partes como
un contrato (Véase Moret y Davy,
"Des Clans aux Empires",
París, 1923,
p.
108).
(5) La preocupación constante del rey de no verter sangre inútilmen–
te
se indica variSlS veces en el antiguo drama quichua:
"Ollantay"
(Es–
cenas III y XIV). Pero ha ocurrido que jefes
y
enemig-oS han preferido
suicidarse antes qué someterse, tal como el cacique Pintac, en la Antisana,
al Norte del Etuador (Suá.rez, "Historia General .., t. I, p. 193).
A
veoes, el
inca elegia como
j~e
al indio que venia a ofrecerle la sumisión de su tri–
bu (Ondegardo, "Copia de Carta", p. 446).
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