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A

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D

.

I

N

ron las grandes vias peruanas. "En verdad -.-escribe Fer·

nando Pizarra a propósito d-e estas últimas-

· , no

se

encuen–

tran

t~

bellas ca!reteras en toda la cristiandad" (1). Y,

¿hay nada más

melancólic~

que la confesión de -Cfeza de

León, tan orgulloso, sin

~embargo,

de sus orígenes: "Yo

creo que si el emperador quisiese hacer

~construir

otro cami–

no real semejante al que va de Quito al Cuzco o al que par–

te del Cuzco para ir a Chile, a pesar de todo su poder, no

podría .conseguirlo"? (2). En esa época, en efecto, la gran

carr,etera que ·Ugaba Madrid con Irún era difícilmente pra·c-

.

ticable durante una gran parte del afio y hubo que ·esperar

las postrimerías .del siglo XVIU

pa~a

encontrar eri la pe–

nin5ula· caminos dignos de este nombre (3) .

Por secundaria que .fuese antiguamente la ruta fluvial

y

mariti

,cierta influencia sobre el

d·esarroll

. También en

..JjVJ"''UU

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~~..._

...

sa, tal e

o la encontra a por el

]>1

o o RulZ de que hemos

hab'lado_. Esta balsa se componía de varios troncos de. ma–

dera liviana, amarrados en haz mediante euerdas

y

dis–

puestos d·e manera que ,e

1

tronco d·el medio fuese el más

(1)

"Carta". Trad. ingl., p.

121.

(2) Cieza de León, "Crónica", ·segunda parte, eap.

15.

"Incredib111

miraculo

per

quingenta passum millia parpetuam viam montanni tractus

aequarunt" (Levinus Apollonius,

"De Peruviae regionis",

p. 37).

·(3) "En

1706,

la rei

na de

moró

18

días en ir de Madrid a Burgos . ..

En 1740 ,

D. Bernardo de

UlJ.oa

comprobaba aún que la ausencia de puentes

obligaba a los viajeros a .!iacer grandes rodeos

y

los obligaba a menudo

a

esperar que el descenso o baj:a de las aguas hiciera vadea'bles los rios"

(Desdev·ises du !Oézert,

"L'Espagne de l'Ancien Régime. La -richese et la

civil'isation",

·!P.aris,

1904,

p.

128) .

En

Espafía

no

se

encontraban ni

tambos

ni puentes,

y

en el camino de Zaragoza .a Barcelona, aldeas de

500

habi–

tantes no tenían una. posada. Aun en la Francia del siglo

XVlli

los gran–

des caminos eran interrumpidos por barrancos, los puentes eran muy ra–

ros

y

los caminos transversales eran a menudo tmpractlcBibles. (Henri

see.

" La France Economique et sociaZe au XVIIIe siecle".

Paris, 1925,

p ..

113

y

sig.) .

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