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A

tr

D

X

cía constantemente oculto a los ojos del vulgo por cortina–

jes y caminaba lenta

y

maj-estuosamente, no recorriendo

más de cuatro le.guas por dia- (

1) ;

los portadores, escogidos

entre los indios de ciertas tribus y especialmente entrena–

dos para ·este objeto, debían evítar .el tropezar y caer, por-

que esto era un mal presagio, y toda caída . ·era castigada

con la pena d·e muerte; por

·eso,

los go"PernBJdores de las pro–

vincias por dond.e .el ·cortejo d-ebía atravesar hacían niv-e–

lar la

·~arretera

con el mayor cuidado (2).

Sólo algunos grandes señores ·estaban autorizados por

.el

inc~a

para·

cir~ular

en hama·ca o en litera (3) .

En tiempos de la ·conquista, ·el nú,mero d·e los viajeros

creció prodigiosamente; los españoles se hacían seguir por'

un gran número de

ho~bres

y mujeres qU·e llevaban sus

equipajes.

de

tambos

~especificaron

·que un

1

~JAI'~~· IY.,.,}.,,~,

.•

fl, ,. . ...

~-~~!.~'~!

que 5 indios

o debian

so-

·cada uno

dos debía

[

·en

viajar en

enferm

Por lo demás, a pesar de todas las 'disposiciones legis–

lativas, los ·caminos ·sufrieron mucho

en

la época colonial.

AlgunO.$ .fueron destru1dos durante las guenas civiles (5);

(1)

Cobo, "Historia",

lib. · 12,

ca.p.

36.-

Por ·esto es que los

tambos,

.se–

gún

Cieza de León, estaban tan próximos unos de otros ("Crótilca".

Pri·

mera

parte,

ca.p.

UOCXII).

·

(2) Los autores no está1_1

de

acuerdo sobre el número de portadores.

Montesinos habl:a de 8 homibres, lo que· parece ser un mínimo.

Este

nú–

mero de-bía ser, en efecto, muy grande para que cualquier paso en falso

pasara inadvertido. Jerez

-y

Fernando Piza.rro .refieren que vinieron indios

a.

Caj amarea a barrer el camino por donde debía pasar el inea.

Los

grandes

}:>ersonajes que en los

d~iles

precedían la litera real no vacilaban en to–

mar esta precaución (Jerez, ••verdadera Relación", p.

332.-.

F. Pizarro, "Car–

ta", trad.

ingl. ,

p.

118.-

Montesinos, "Memorias", cap. XXII) . .

(3) Morua, "Historia",

;p.

160.-

Herrera•. "Historia General", dec. 5, llb.

3,

cap.

14.

(4) "Ordenanzas de Tambos", ob. cit., p. 468.

(5) Oomara, "Hi-storia General.., cap. CXCI¡V.

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