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·B
. A
u
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N
de la orilla occid·ental dre.I lago Titicaca, y, drejando al
Este
Chuquiabo, terminaba ce-vea doe Chuquisaca; ·el segundo ca–
mino v-enía de Túmbez, ponía en conta·cto las ·ciudades de
la costa, Chim
ú,
Pa·chacáma-c y Nazca; ganaba el Cuzco por
Vilcas, volvía a desc·ender a las orillas del Pacifico por Are–
quipa, Arica, Tarapacá, y Uegaba hasta el d·esierto de Ata–
cama (1) .
. Una seri,e
~!e
caminos secundarios .ligaba entre si a
es–
tas vías, atravesando la cordille-ra; otros, ·en fin, se des–
prendían de ·ellas para ll·egar hasta las regiones- alejadas.
·Al·gunos se dirigían hacia el
Est~·,
hacia aglom·eraciones hoy
desapare~idas,
reconquistad-as por la se1va.
t
un segundo inca babia
I·
la prim·era,
e las guerras civiles ·
curiosos esquemas
enomlnar
apa.s. -En el .segundo
a
!~as
. . que r representan
o
la! cordillera por una
verdad que
es
teparalelismo
estaba lejos
a la realidad rlgl,ll'-osamente;
a.si,el camino
ae los ll:a.nos, a su partida en Túmbez, se aproxtma;ba a la cordillera ocoel–
d~ntal
y el de la
~!erra
se
a.prox1ma'ba
aJ.
ooéano en la misma región, al
Noroeste .de HuancBJbam'ba (C1eza de León, "Crónica.", primera parte, cap.
LVII). V11cas era considerado ·como el centro geográfico del imperio (Cieza
de León, "Crónica", primera. parte, cap.- LXXXIX). l':iumerosos son los
errores y aun los absurdos que se en-cuentra.n en los autores tanto antiguos
como modernos: G. de Santa Clara pretente que los caminos se componian
de tres pistas yuxtapuestas; el
inca ysu escolta tomaban la vf.a del me–
dio, las tropas y los servidores segui.an las viu laterales ("HiStoria", t. III,
p. 540).
En
la "Demareación
y dtvisión de las Indias'! se mencionan dos
caminos: uno proveniente de la meseta ecuatoriana; el otro, de la costa
peruana, que se juntaban en
Qh1le
(sin fecha, "Colección de documentos
del Archivo de. Indias", t.
15,
p. 489). Anello Oliva. repite esta inexactitud
y
rhace partir de 'Piura., al Sur de Tí1.mbez, el camino del llano
("Histotre••,-
- tr. fr., cap. I). ¡Según Las Casas, el camino de Chile finalizaba en el Estre–
cho
de·
Magallanes!
("Apologértlca", ca·p. OOLIII) .
.
En
nuestros días, C.
Cantú cree que
las das grandes arterias unia.n al Cuzco con Quito
("Histotre Universelle",
trad. fr._, París,
1867,
t.
18,
p.
201).
Buscban hace
partir el camino de la c-osta. de Loja y descender el de la sierra del
CU~!'iCo
a Chile por el lago Titlcaca
("Die Inka una ihre Kultur",
ob. cit., p. 42.5).
- Por -último, A. Deberle, sobrepasando ·toda medida, escribe: "Los caminos
iban de una montaña. a. otra., pasando por encima de l·os valles, cuya.s
profundidades fué necesario llenar,
y
ni siquiera se desviaban para !ra
p,–
quear los lagos''
"Histotre de l'Amérique du Sud".
'París,
1876,
p.
21).
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