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EL
IMPERIO SOCIALISTA DE LOS
INCAS
cuando el soberano habia decidido ·emprender alguna expe–
di·clón ·considerable. Esto era, por otra parte, cosa excep–
cional; se cita un: ·eJemplo de 'ello en ·vncas, donde habían
sido trazados tres o cuatro caminos, unos al lado de otros,
llevando cada uno ·el nombre de un soberano (1) .
Así
quedaba formada una vasta red caminera; tela de
ara:tia que aprisionaba a las tribus más lejanas
y
cuyo c·en–
tro ·era ·el Cuz·co. Aquél ·era el lazo visible que unía las par–
tes tan diferentes del inm·enso imperio: el
arm~
más po–
derosa del jef·e, el inst·rumento más
se,guro
de unificación.
'Estratégic!.s ante
.to4o ~
como las vías romanas, las ca–
rreteras peruanas respondían también a objetivos politi·co.s
y
económicos, porque facilitaban los desplazamientos rápi–
dos del inca, s
sus correos
y
el transporte
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retera de
la monta:tia,
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altos funcio
rios de
1
provincia atrav·e–
sada
y
los de
1~
provincia correspondiente d-el llano se re-
.
.
.
untan en un
lug.arconVienido, al paso del -soberano; e in-
yersamente,
~cuando
el inca tomaba ·el camino de los llanos,
los
grandes
pers~najes
·de
'la.
montafia descendían a su en–
cuentro (2).
Las provincias mism-as debían construir
y
mantener ,los
trechos d·e carJ;etera que las atravesaban. Si el manteni–
miento er.a
u~a
tar·ea r•elativamente
Ug·era~
porque los úni.cos
transeúntes -peatones
y
ganado-' no estropeaban el ca–
mino, la construcción era, por
el
contrario, una empresa
(1) Cieza de León, "Orónice.", segunda parte, cap. 16 .
(2)
La.s Casas
observa que esta combinación permitía. al
mona.rc:a
recibir productos de la costa durante su ·viaje a la montafia
y
vicevei'Sil.,
y
que obllgaba a lO$ habitantes de la.s
dl!!er~ntes
provin<;ias a tomar con–
tacto
entre sí ("Apologética", cap. OOLIII).
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