L
u
I
B
A
/
u
D
I
N
(1); el más frecuente era la
pena
de muerte.
se.
apUcaba
casi siempre ·en caso de reincidencia, lo que no debe s<>r–
prender, ya .que la violación de la l:ey del inca podía pare–
cer a los ojos
d~l
pueblo. un verdadero sacrHegi9, y porque
hasta a los ojos de la
élite
el delito tenia un carácter social
que hacia del delincuente un 'culpable para con el "Estado.
Ci·e·rtos auyores hablan de una prisión situada .en el Cuzco,
"cuyo sólo nombre hacia temblar
d~ ~spanto",
dond·e esta–
ban encerradas fie:ras a las-·cuales eran -entregados los cri–
minales (2); otroo ·mencionaban el
p~esidio
en las plantacio–
nes malsanas de coca, situadas al Este de los Andes; la ·ex–
posi·ción del cu'lpable, cargado de un farqo; el ·castigo cor–
poral, ·con piedra o v:ergajo; la ·censura; la destituc'ióh de
los
fu•nc ~onarios;
la
co
·. e ·c·ó
.de los bienes (3).
teca
t
ne, so re un
pm re a
a11ta ca.obal, mucho más
ex
r
d:.a
ramente el efecto de
ne de
o
1
t
Ego que se despierta
J.«]Lt;!::en:;3¡!n
pu to ue
conoce"
("Le
P érou antique",
p.
51).
JWtf~~::qi:¡,g:~::s~~lfi'i '-t"~~
............
v o
o ima al que preconiza
~--'"'Ei
..
fl:~o--croDt-e~~otnbir
'pe · ·
a ·e as".
Teóric
amente losM.
Garcon stima que
es
lógico
y
e.quitati.vocastigar co
pen~
·
ilferen
a las establecidaS en nu-eStro -c
ódigo o. losautores de crímenes
.y
delitos cometidos bajo el imperio .de un móvil no
deshonroso
y
por medios que la conciencia no repruebe. .Quiere ·tomar en
cuenta, por tanto. los
móvil~
que han determina-do
la.
voluntad del agente
y
los medios empleados para lograr el objetivo.
("Les peines paralleles". "Revue
pénitentiaire et de droit penal",
1914,
p.
863
y
siguientes). !Prácticamente,
un sistema de esta especie equivale a condenar a la
éZite
de la na,ción
a
penas diferentes de las que recaen sobre la masa, como en el 'Perú, pues
móvile~
y
medios tale.s son cosa de la
éZite;
pero ·en los incas la división
de l.a sociedad en -castas ba-cía mucho
más
:fácil la solución del
prob~ema
que en
las
naciones modernas.
( 1)
Entre los ·chibchas
los
castigos eran también íerri'bles. Piedrallita,
"Historia
General~,
lib. 2 ,
cap.
4.
En
el ·Perú no eran, sin embargo, como
la
tm.agmaban los en-ciclopedistas: "Si alguien había · ofendido al
rey
en
la menor cosa, la ciud-ad de donde era originario o
ciudadano era demo.
lida o arruinada"
("Grande encyclopédie",
1765,
pala:l
:f.ra:
Inca).
Bushan
es–
cribe que los
i.ncas,
.para castigar a
sus
súbditos, le
s -cortaban las manos,
la nariz, las orejas o les
sac~ban
los
ojo
s, pero reconoce en seguida que
laá
mutllaciones representadas en los vasos
podi.an.deberse muy bien a elllfer..
medades
("Dte - I,~ka
und ihre Kultur",
ob. cit .•p.
422
ry
447).
(2)
Balboa,
"Iiistoire du Pérou",
trad. fr., cap.
10.-
Moru~.
"Historia",
p.
172.
(3) Cobo,
"Historia". lib.
12, cap. 26.- Las· casas,
"De
~a.s
antiguas gen–
tes", p .
234.-
Garcilaso, "Comentarlos", lib.
5,
cap.
4.-
"Relación anónlma",
en "Tres Re-laciones". p.
203.
' - 306-