SERGIO QUIJADA JARA
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Al siguiente día los mayordomos ,como última obligación
de la fiesta, hacen el"despacho" a los músicos. Consiste además
de abonar el precio estipulado en obsequiar a cada individuo
dos o tres vellones de alna de oveja, gallina y cuyes,
y
una bo–
tella de aguardiente. Es también costumbre de obseqÚiar a las
cholas que voluntariamente han prestado sus servicios en la
cocina, el resto de los productos alimenticios y media botella de
"puro".
Viene la fiesta de la Cruz del Espíritu que se distingue por–
que los mayordomos obligados y comprimetidos salen de las
fa–
milias conocidas de la localidad. Así se suceden con intervalo:;
de los dos o tres días el festejo de las demás cruce$. Así en el ba–
rrio de Yananaco después de la misa, se realiza una gran corri–
da de toros en honor de"Cruz Pata". Al día siguiente en lapa–
rroquia de la Ascención, después de la respectiva misa sacan en
procesión a la Cruz de Potojchi cargando unicamente las muje–
re~
solteras. En la tarde se realiza la corrida de toros, para cuyo
efecto los espectadores si sitúan en las faldas del cerro del miS··
mo nombre, llamando la atención el sugestivo y rico matiz de
colores de los centros, trajes y llicllas.
La celebración de la Cruz de Oropesa es movible por que se
realiza en la fecha de Pentecostés. Se lleva a cabo en el barrio
d~
Sta. Ana. Esta es una de las fiestas más inportantes y de entu–
siasmo general, porque las personas encargadas de celebrar
son acomodadas y .por consiguientes conocidas. También su
singularidad está porque el mayordomo muchas veces recibe
80 o cien toros de sus numerosos obligados. De entre esos algu–
nos llevan de obsequio toritos de plata maciza.
Las demás cruces son festejadas en Junio y Agosto.
Y es así cómo Huancavelica de encantos naturales y de largos
silencios festeja la Cruz todavía con abultada credulidad, po!·–
que los "majtas" forjan su representación mística en la Cruz,
con la seguridad de que ella representa el santo custodio de las
buenas cosechas, la que calma las iras de los agentes de la na–
turaleza, la que defiende la salud y en la que e! arriero depositil.
su confianza para que dura_nte el viape no tengan percance
ni sea dura la fatiga; para que no le parta el rayo
o
no sea
obstaculizado por los malos espíritus.