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Contratando el mayor ofreció que su hermano menor
era muy entendido en curaciones y que en pocos días estaría
completamente restablecida la enferma.
Encerrado el supuesto curandero en el cuarto de la mu–
chacha, se echó a llorar pero invocó al zorro quien por una
pequeña ventana se apareció y consolándolo, le dijo: la niña
está enferma porque le han hecho la brujería; tras de su coi–
chón, en la dirección de su cabecera hay una olla llena de sa–
pos y culebras, sacas esa olla y la quemas en medio de la pla–
za, luego arrojas la ceniza al río. El muchacho hizo todo lo
que le dijo el hermano zorro, y sanó la enferma.
El Varayoj de alegría y de gratitud hizo casar al joven
con su hija, siendo· muy amados por el pueblo.
Así pagó Dios la buena voluntad del muchacho, mientras
que los dos hermanos, avergonzados de .su actitud, se fueron
peregrinando por otros lugares.