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A R A
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JHELLA MAJJTA
(Hombre ocioso)
.-Una vez había un hombre ocioso que
animado al lado de sus padres no trabajaba en nada ni valía
para nada. Tenía pereza hasta de comer. Un día al ser repren–
dido por su padre, exclamó: "hasta mis padres se aburren
d~
mí, mejor me iré a la cordillera para que me coman los eón-
dores" . . .
En efecto llegó a la cordillera y se tendió de barriga simu–
lando estar muerto. Al poco momento apareció un cóndor
y
luego dos filas de cóndores al mando de su jefe que portaba
un bastón de oro. Antes de repartirse la presa, formando un
círculo, el jefe interrogó al sargento de la primera sección
sobre alguna novedad y respondióle: "Hay un puebio cerca
de aquí
que
carece de agua potable y sus habitantes tienen
que sufrir caminando más de ocho leguas para proveerse de
este líquido. Por eso de .sed están muriendo muchos ancia–
nos y niños".
El jefe que era un "brujo"
y
sobre todo un gran mago,
dijo al sargento: en la altura de ese pueblo, al pie de un pe–
quefio cerro hay una piedra rodeada de ichu. Debajo de esa
piedra existe un gran puquial. Para mover la piedra de ese lu–
gar se necesitan cinco picos, cinco lampas y cinco peones.
-Luego preguntó al sargento de la segunda sección, quien
dijo:
En un pueblo la hija del Cacique llamada Rina está muy
enferma, todos los curanderos no dan con su mal.
- La niña no sufre de una enfermedad grave -respondió
el J efe- ella está enferma de cariño, del afecto de un hombre.
Inmediatamente después el
Jefe
picoteó fuertemente la
pierna del jhella majjta quien gritando como un condenado
se agarró fuertemente del bastón de oro; por la gritería es–
pantosa huyeron todos los cóndores inclusive el Jefe. Al po-