[541.:,._ 545]
[541] M.-Es
conveniente que satisfagamos a Dios
por '
nosotros mismos, ya que se trata de pecados nuestros, además·
de que por 1'as Indulgencias pagamos sólo el precio de la pena
debida, mientras por nuestr·as obras satisfacemos la deuda que
oonit.mjimos y con ello se ha'Oe que vayamos
al
cielo. Pero
es conveniente hacer lias dos cosas, a fin de quie también ga_–
nemos Indulgencias por nuestros propios medios. [542] Te
voy a referir una narraoión tomada de un libro .de fray Ber–
nwdino de Bustos.
Cierto joven de vida licenciosa y de
m:aJ.ias
costumbres
vi–
vía .tan atado
al
placer de las mujeres, que no hacía caso
a n!ingun:a de Las adver.tenctas que se le .hacían. A
pesar
de
que muy seriamente se le amonestaba de que mi!t'ara lo mis–
mo por su a:lma que por
S'll
cuerpo, no fuera a costlaJrle
la
vida, y de que hiciera voluntad de confesairse, él seguía
im–
penirtente en su incontinencia juvenil!. y degr.adada
y
cada
día más enf.angadoen ·el vicio que le consumia.
[543]
Lliegó
la hora de su muerre, iainte cuya inminencia, amed.Tentaido, con–
fesó y recibió los. Sacramentos. Y así murió con
U!llla
buena
muer.tea juicio die los que
fa
presendairon. Sus deudos en-·
c3JI'garon a dos Padres Íll3lllciscanos que roga'r<Ml a Di:os por
su alma y
ail
mismo tiempo cuidaraJil. de su· cuerpo hasta que
se le inhumara. [544] Así, en efecto, lo hicieron. Asistían,
pues, al difunt o; de 'cuerpo presente en una
giram
habitación,
ziogando
a1
propio tiempo por su
a¡]ma.
Pero he aquí que al
fifo
de
la
medi!a noche, a pesair de
estar
cel"rada
~'ª
puerta,
vie–
ron
eI11trair
un horribJie .per<ro negro en la misma habitación
en que ellos
estabam,
el
cual se limitó únicamente a dar un
empujón con el hocico
al
cadáver. A.Naja.ron fuera
al
perro
los Padres
y
cerrruron de nuevo
la
puerta. [545] Puootos
de nuevo a orar, vieron que otra vez irrumpía, si bien más
horrendo que '3.lltes, el perro.
Le
echruron afuera por segunda
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