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[289-293]

Dice, en cambio, que en su amor bendecirá a sus servido–

res hasta la milésima generación, si es que ésta ha de ll'egar

a existir, para indicar que el corazón de Dios se inclina más

del lado del amor y de la misericordia que del de la justi–

cia y •el castigo; de ahí que el premio al bueno proceda de su

infinita bondad, [289] porque no quiere más que amar y no

castigar, mientras que la pena se deriva de nuestros pecados

y es por eso por lo que Dios castiga lento, breve y como

forzado.

D.-¿ Y por qué a este primer mandamiento de la Ley de

Dios le añadimos sólo recompensa o castigo ?

M.-Porque este es el primero y del que m*'s necesita–

mos. Y lo que se piense de éste, eso mismo queda ya sentado

y aplicable para los demás. [290]

D.-Ahora. bien, ¿cómo no es infracción de este primer .

mandamiento el culto y la adoración que rendimos a

~os

santos

y

a sus imágenes corporales, ante las que nos postramos

como si adoráramos a Dios?

M.-La Santa Madre Iglesia ·es la esposa de Cristo Nues–

tro Padre, y el Espíritu Santo es su maestro. [291] Luego

no puede haber ningún peligro de engaño ni de violación de

algún mandamiento de Dios. Y si nosotros adoramos a las

imágenes de los santos es por ser éstos amigos de Dios

y

medianeros entre El y los hombres, que por su intercesión

y

sus oraciones pueden ayudarnos a conseguir algo de Dios.

Pero esto de

ning~n

modo quiere decir que los tengamos poir

Dios nuestro

y

que descuidemos su culto. [292] En cuanto

a la genuflexión, ésta no se hace sólo a Dios, sino también a

los hombres, así nos arrodillamos ante el Santo Padre y los

monjes hacen también esto en presencia de sus abades. Sien–

~o,

pues, esto así, no hay razón para que no lo hagamos

c'on los santos que cohabitan con Dios. [293]

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