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sólo por los cristianos, sino también por Jos judíoo y los
gentiles, en una palabra, por todo el género humano . sin
distinción alguna de sexo y condición; d) porque no puede
ni .ser cambiada, ni [2·61] abrogada, ni prohibida por na–
die; e) porque todos, absolutamente todos, necesitan de ella
para salvarse. Y esto no sólo nos lo ha dicho el Señor en
muchísimos pasajes del Evangelio, sino que esta Ley fué
promulgada y proclamada en el Sinaí entre truenos y relám–
pagos, [262]
al
son de las trompetas de los ángeles en
presencia de todo el pueblo de Dios.
D.-Quiero que arites de ir exponiéndome uno por uno
estos diez mandamientos, me digas, así como ·en compendio,
el sentido y significación de cada uno.
[263] M.-El fin de estos diez mandamientos es la ca–
ridad, que con.siste en amar a Dios y a nuestros prójimos, a
fin dé no ofenderles.
Y
es por esto precisamente por lo que fue–
ron divididos en dos partes y grabados en dos tablas de pie–
dra: la primera comprende tres mandamientos, [264] que
nos indican lo que hemos de hacer para servir fielmente a
Dios; la segunda abarca los otros siete restantes, que nos en–
señan lo que hemos de .hacer para con nuestros prójimos.
Pero ten en cuenta, sin embargo, que aunque en .una tabla
eran tres los mandamientos grabados y en la otra siete, eran
con todo iguales, por completarse ambas en la escritura
[265] ya que los tres primeros mandamientos constaban de
más palabras que los restantes, de lo que venía a resultar
que los siete mandamientos eran en la
esc~tuira
iguales a
lQs
tres.
D.-¿ Y por qué en la primera tabla no había sino tres
- ~anda;rníentos?
(266] M.-Porque son
~os
que nos enseñan a amar a Dios
de todo corazón, de palabra y de obra ..
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