[272-276]
decer sus mandatos como siervos, de ahí que debamos aca–
tar esa Ley, para con la que adquirimos un compromiso en
el Bautismo, [272] en el que El nos adopta como hijos
suyos por cristianos y nosotros le ·aceptamos a El en calidad
de Padre, Dios y Señor como cristianos también. [273] 4)
La cuarta razón se funda precisamente en las palabras ·"Yo
te saqué de la tierra de esclavitud y ·aflicción de Eg].pto" . Y es
qU'e a más de que hemos de adorarle por múltiples motivos y
conceptos, no hemos de descuidar este otro de habernos
li–
brado El de la esclavitud del demonio, que
e~
lo que da a
entender 'el hecho de haber librado el Señor al pueblo de los
Judíos de Egipto y del poder de Faraón.
s
l.
DEL PRIMER MANDAMIENTO
[274] D.- Pasa, · si te parece, ·a eX'ponerme el primer
mandamiento.
M.-Este encierra un triple precepto, que consiste en ado–
rarle a El como Dios; en no tener
ni
consideraJr Dios a nin–
guna otra cosa, y, finalmente , en no suplantar el culto del
Señor por el de ídolos , lo mismo esculpidos que sin esculpir.
[275] p.-Declárame la primera parte.
M.- El Señor , por ser Dios, quiere que se le consider e
como tal,; es decir, como verdadero Dios, lo que se conseguirá
con el ejercicio de cuatro virtudes, que son la Fe, la Espe–
ranza y la Caridad, juntamente con ·un red9 vivir. [276]
Seglín esto, el que cree y adora a Dios le.tiene por la Verdad
Unica, contr a lo que pecan los Herejes por no prestarle fe;
quien pone en Dios toda su esperanza por considerarle Diüs
ver acísimo, omnipot ente, amantísimo y auxiliador de1 hom–
bre en todas sus necesidades, este también le considera y
70 4