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1'

CHI~ALHUACANOS

cas que ocupaban tierras de lo que hoy forman

los Estados de Querétaro y

Guanaju ~to.

"A la llegada de los españoles contábanse cua–

.tro grandes

monarqu~as

y numerosos cacicazgos

en el vasto territorio CHIMALHUA:CANO, las cuales

monarquías estaban gobe,rnadas por reyes llama–

dos

hueitlatoani

(palabra que significa poderoso

soberano o gran príncipe), y eran las siguientes:

Colima (lugar conquistado, por acolhuas), To–

nalá (lúgar del sol), Jalisco (lugar arenoso) y

Aztatlán (sitio de garzas). Tenía Colima por

Estado~

tributarios a Sayula, Zapotlán, Autlán y

Amola; Tonal á .ejercía predominio sobre lds tac-.

toanazgos\...de Tetlán, Tl¡¡jomulco y Tololotlán;

imperaba

J

aliscw sobre los de Amojotlán y Aten–

quilitl; y Aztatlán (nombre dado por los azte–

cas a la región más setentrional del territorio

é:HIMALHUACAN.O, en memoria de lejana patria

que habían dejado), se extendía desde Aeapo

neta hasta Culiacán, y comprendía los señoríos

,de Zapotzingo y Centispac."

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"Los CHI¡ytALHUACANOS no eran pueblos autóc–

tonos de la región donde los encontramos: vi–

nieron peregrinando del norte del Continente.

.A

su lle ada enfontráronla ocupada por otras tri:–

bus y otras gentes, las cuales a su vez eran ad–

venedizas y extranjeras. Si quisiéramos caminar

hacia. atrás e ir de retroceso en retroceso, a in–

vestigar cuál de ellas fue la primera que arribó

a dicho territorio, acabaríamos por encontrarnos

frente al problema general que envuelve el ori–

gen de los primeros pobladores de lo que hoy es

nuestra República. Porque e's evidente, o muy

probable por lo menos, que los primeros habitan-

. tes . de Anáhuac hayan sido los mismos que ha–

bitaron la parte norte de nuestra patria.

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favor de los otomíes, por lo que respecta

a

nues–

tra patria, y basa su criterio en fundamentos y

consideraciones que son, sin duda, de gran peso.

Para los fines de este trabajo no tengo dificul–

tad en. admitir esa hipótesis. Los otomíes, en

efecto, no conservan, ni han tenido nunca, que

se sepa, recuerdo de proceder de algún otro país

o ·continente y se jactan seglÍin sus tradicones, de

ser descendientes directos del cielo y de la tierra,

es decir, de la culebra <le nube blanca (Ixtac–

mixcóhYatl), que es la Vía Láctea, y de la rana

vieja (Ilancuey) , que quiere decir la Tierra Vie–

ja; en tanto que las. otras tribus o naciones se

han derramado por nuestro territorio, sostienen

ser forasteras y venir de lejanas comarcas se–

tentrionales o ultramarinas.

'"Sea de ello lo que fuere, es un hech'o que los

CHIMAI,,HUACANOS hallaron ocupadas ya por otras

gentes más o menos bárbaras las regiones por

donde extendieron sus reinos, principados y seño–

ríos. ¿De dónde venían? A tal pregunta debe

contestarse que de lo-s mismos misteriosos luga–

res de donde procedían los toltecas en su 0rigen,

por más que posteriormente se hayan mezclado

con otros pueqlos de razas afines o distintas. "El

m Acatl, dice ÜROZCO

Y

BERRA, 559, fundaron

(los toltecas)

Jal~sco

(sobre el arenal), donde

vivieron ocho años; -el XI Acatl, 567, se mudaron

a CHIMALHUACÁN (lugar de dueños de

chimalli,

escudo), que eran unas islas y costa de mar, don–

de permanecieron cinco años." .' Es inconcuso que

los toltecas que habitaron esas regiones recibie–

ron allí el nombre de CHIMALHUACANOS y que,

CHIMALTE

ya con ta'l designación, continuaron peregrinando

por el c0ra,zón del· territorio, pues no es de

~ pre­

sumir que las míseras. tribus que habitaban las

Tres Marías, las Marietas y otros islotes insig–

nificantes que salpican el o·céano frente a las

costas 'de Jalisco, hayan sido, en compañía de .los

nativos de la costa, quienes hayan invadido los

extensos territorios ocupados después por los cua–

tro reinos y numerosos cacicazgos de la confede–

ración CHIMALHUACANA.

"Como quinientos años ·(en-

1113)

después de

la inmigración tolteca, llegó la azteca a la re–

gión Cl:HIMALHUACANA. Salieron los .mejicanos de

la aun no identificada tierra de

A~tlán,

forman–

do cuatro grupos, unó de los cuales era porta–

dor del ídolo Huitzilopochtli. Los

1

otros· tres, tla–

cochcalco, chalmeca y chapJ.ico, eran meros acom–

pañantes qe aquél. ' La' primera parada de la ca–

ravana fue en Heyculhuacán y la segunda a una

jornada. de este lugar: Así lo dice 'fray Antonio

de TELLO . .. Sobre el fondo anterior indígena

que· se extendía

po~

las regiones de Jalisco, Co–

lima, Aguascalientes, Nayarit, Sínaloa y p.arte de

Zacatecas, se .

d~rramaron

dos inmigraciones po–

tentes: la tolteca, en el siglo

v1,

y la mejicana

en el siglo

XII.

'Aunque no sea ' posible f.ijar el

origen ni el nÚJilero de las tribus que precedie–

ron a los nahoas en la ocupación de aquel exten–

so suelo, p'uede tenerse alguna idea 'de su gran

variedad en ambos sentidos, por las leng_uas o

dialectos que en aquellos sitios dominaban. Se–

gún PÉREZ VERDÍA, hablábanse,' entre otros, los

siguientes: otomí o amu!teca, pino, zapoteco, to- '

tonaca, bapame, náhuatl, tocho o mejicano co–

rrompido, cazcán, coano, huichol, popoloco y ta–

rasco.

"Es cierto que Í:Iilarión ROMERO J1L sostiene

que los CHIMALHUACANOS hablaban en los tiém–

pos de la conquista sólo el m'ejicano

y

el cora;

pero también lo es que tal afirmación

fue

com–

·batida . por Manuel ÜROZCO

Y

BERRA, en

1862,

al

establecer" que aparte cle esa;s lenguas, se habla–

ban el huichol, el cora, el tecueje, el tlajomulteco,

el cazcán y el tepecano. Estudios posteriores

han puesto en evidencia que el número de esos

idiomas fue bastante mayor que el :fijado .por esos

dos eruditos historiadores y que lp asentado por

P,ÉREZ VERDÍA puede estimarse como lá úl'tima

palabra dicha sobre el particular.

"A tal diversidad de lenguas correspondía un

nt1mero equivalente de tribus; pero las incursio–

nes de los nahuatlacas, mucho más civilizadas

que las que antes poblaron aquellas tierras, pueden

ser consideradas como un poderoso fundente que

produjo la final amalgama de todos esos bárba–

ros elementos. La . confederación CHIMALHUAOANA

. fue, pues, el producto

y

la combinación de esos

materiales disímiles, y la que halló establecida ya

la conquista española a su llegada al Occidente."

(.Los Chi11ialhuacanos,

en

Boletín de .la Sot. de

Geografía,

5~

Época, t. vm, pp. 42-67.)

1

. CHIMALIOTE. m., Aztequismo usado en El Sal–

yador como nombre vulgar. de una planta com–

puest.a

(Eupatorium morifolium,

MILL.:

E. qua–

drangulare,

De.), llamada también

'l!ara hueca,

taco

y

carrizo,/ árbol de santamaría,

en Méjico.

Hay varias especies.

.

G:HIMALITE. m. Variante de CHIMALATE.

CHIMALTE. m. Variante insólita de CHIMALIATE,

consignada por MARTÍNEZ, áu,to r botánico meji–

cano.