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por las enfermedades en sus meses por los danos y enfermedades y peligros y al-
gunos miran al salir de la punta en los serros y quebradas . . . ... .. " y dizen que des-
de
el
mes de enero q' el día muy largo y la noche corta .. . . .. "
De los barberos, cirujanos, sangradores y parteras, se explica con mayor
acopio de datos. "Los dhos yñs serojanos barberos q' curan y sangra·n y conosen
de las enfermedades y llagas de las yeruas con q' se han de curar y medecinas y
purgas destos rrey11os curan tambien como un dotor .... .. y dizen q' todas las
enfermedades 'proseden de dos cosas q' tienen los hombres -calor o frío-en cual–
quier enfermedad y las dhas mugeres beatas y comadres medicas q' curan y
ayudan a bien parir a las mugeres prenadas y algunas curan las desconcertadas
las coyunturas y otras
enfer~dades
aestos dhos yñs les ponen en pleyto al co
rregidor o los ·propios yñs les llaman hechiceros no lo ciendo cino cristiano antes
conbiene para el seruicio de dios y de Su mag y bien de los pobres yñs para que
cure asogado se le deue dar su mandamiento para curar y sangrar y que ese ofi-
CIO
de barbero seruxano-el tauaco es ponzona para calenturas y .frio ....... . "
Pero la indumentaria y vida de los hechiceros le seduce a nuestro autor,
Es indudable que en su larga peregrinaci6n por distintas ciudades de la sierra,
donde todavía se conservaban inc6lumes las tradiciones del incario, hubo
d~
vivir
cerca de ellos y observar sus prácticas taumatúrgicas. Es lástima que no nos
haya legado la indumentaria de los verdaderos prácticos de la medicina. Establece
desde luego diferencia perentoria entre los verdaderos y los falsos hechiceros,
haciéndonos comprender la abundancia de estos últimos. Las ordenanzas impe–
riales mandaban que en toda gran ciudad hubiera un pontífice hechicero. "hor..
deno y mando enesta gran ciudad cauesa destos reynos ayga un pontífice hiche–
zero mayor llamado-uallauiza conde uiza- y otros de chinchaysuyo y de ande-
"
suyo .
" . .. . .. de los comun hechizeros q'usauan eneste rreyno y los ay agora"
Unos eran hechizeros "muy malos", que daban venenos, eran llamados hanpi–
coc. A veces el veneno que administraban era violento, pero otras veces hacía
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e ecto en wrma enta, y se seca un ano y se pone como un pa o y se muere .. . .
Eran perseguidos por el Inca, quien los mandaba matar arrojándoles piedras.
Describe luego una serie de hechiceros.
Los hechiceros sacerdotes, que mandan nazcan dos criatura" del vi en tri:'
Los que entran a dormir a las cuevas y las adoran.
Los pontífices-condeuiza-laycaconas, umoconas, camascaconas, eran
los de más categorías. Pertenecián al cortejo del Inca. Toman una olla, que lla–
man aximanca. Luego toman sebo de persona, mayz, plumas y coca y lo echan
dentro. Queman el todo y luego habla el hechicero con los demonios que hay den–
tro de la olla. F ig .2
Los hechiceros que utilizan el zapo y quitan la "ponzoña" a la culebra
Los que chupan (véase la figura de la página
.4
7;
otros llamados de "fue–
go"; o aquellos de "sueño". Volveremos a insistir sobre es as diversas formas de
hechiceros
y
sus prácticas, al tratar del folk-lore. Los visitadores españoles y los
corregidores, castigaban duramente a todos estos empíricos: "les ponen en pley-