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J'
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Comenzando por la sexualidad, nuestro autor
ingt;nuamente proclama
la pureza de costumbres de su pueblo. Para la etapa pre-intaica, dice: "no hay
borrachos ...... no auia adulteras putas" .... Y luego agrega: ·"se casauan uir-
genes y donzellas
y
lo tenían por onrra dellas
y
la uirginidad de edad de treinta
años entonces se casauan
y
le dauan dote pobre delo que tenían le partían". No
nos habla en ningún momento del Sirvinacuy, ni del Tinkunacuspa o matrimo–
nio de prueba, que eran costumbres clásicas entre el
pueblo; ni
tampoco
de las perversiones sexuales, que tan prolijamente nos objetiviza la ceramica mo-·
chica. En esta materia, como en la descripción de muchas otras costumbres, an-.
da
ayuno
nuestro
cronista.
Contrastando con este panorama de vida santa
y
casi patriarcal, en que los
hombres no conocían muger hasta los 30 años, Guamán Poma, prepara el ánimo
al lector, para revisar los desenfrenos y
el
libertinaje de la Colonia. En esta mate–
ria es rica en documentación y objetivación nuestra obra. Al tratar de los Corre–
gimientos y Corregidores, lanza una terrible declaración. Los mismos
q~e
admi–
nistraban justicia,
eran los primeros en producir lá deshonra de las
mujeres~
Los Corregidores, dice: " ...... con poco temor de dios ........ andan mirando y
mirando la guerguenza de las mugeres casadas
y
donzellas y hombres prencipa–
les y andan rrobando sus haziendas y fornican a las cazadas y a las donzellas las
desuirga
y
aci andan perdidas y se hacen putas
y
paren muchos mes ti cilios .... "-
La mezcla de razas, produjo durante la Colonia cambios sugestivos en
el
color de los habitantes. La introducción del negro en América, trajo consigo una
serie pintoresca de combinaciones raciales. Dice nuestro autor: "como los negros
de los corregidores y de co menderos son muy atreuidos q' fuerzan a las yndias.
cazadas o donzellas
y
los otros sus amos lo conciente y de ellas tienen muchos .
hijos mulatos mulatas, mesticillos, mesticillas cholos, cholas malacasta ....... '"
Y luego: " ...... como las mugeres andan en público pecado y adulteras putas
por más bellaca y mala cin honrra anda con negros y mulatos".
Como en los tiempos bíblicos, la mujer durante la regla, era impura. Su in–
greso al templo a presenciar los sacrificios estaba prohibido. "Ytem mandamos
q' la muger estando en su regla no entre en
el
templo ni al sacrificio de los dioses–
uacabilca y si en trase sean castigadas".
De la embriaguez alcohólica o aquella producida por la chicha, nos habla
muchas veces.
Pueblo esencialmente idólatra y superticioso, hubo de buscar seguramente
fácil derivación a sus
angustias en el uso inmoderado de los estupefacientes. Y
la chicha fué la bebida imperial que consumían nobles y plebeyos. De su uso in-.
moderado, sobrevenían trastornos psíquicos y orgánicos más o menos graves,
desde la simple embriaguez alcohólica, hasta el Hatun machay o pérdida del juicio.
A pesar de ser la chicha la bebida imperial, el abuso de la behida era pe–
nado por las leyes incaicas. Nuestro autor dice: "Castigo de borrachos q' a esto –
les llamauan hapllamachasca al borracho y ansi luego le mandauan matar ....
fué mandado que todos los yndios le pizasen la barriga para que la hiel y la chicha
del borracho
fé
uen tase:'.