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Luego refiere Pachaeuti que en tiempo del Inca Yahuarhua–
cac, celebrando el nachniento de, su hijo Viracocha, '' inventaron
representaciones de los farzantes llamados
anaysaoca, hayachuco,
l1amallatma, hana.onssi,
etc. (pag. 174) .
Da raz6n tambien de los canto!'l flmebres que se hacian a la
muerte de, cada Inca: '' . . . y entonces el dicho
Pachacutiyngayit-
pangui . . ....
mandale Uevar al difunto su padre (Viracocha) pa-
sear por toda la ciudad. . . y los soldados les dicen el canto de gue–
rra. . . . .
y
tocan las caxas muy despacio ". (pag. 185).
Refiere de un libro: "Al fin el dicho inga (Pachacuti) vuelve
a su ciudad; y entonces ya era viejo,
y
llega la nueva que como un
navio habia andado en la otra mar de hacia los Ande&, y entonces,
al cabo de un afio, llega un mancebo a la plaza con un libro grande
y d'ale al ynga viejo Pachacuti el cual no hace caso del mancebo,
y
al
libro le da para que lo tubiese el criado;
y
por el mancebo pide el
libro del criado
y
sale dere.cho de la plaza
y
en pasando la esquina,
desaparece .... '' (pag. 188).
Santa Cruz Pachacuti hace tambien frecuentes alusiones al
aylli
o canto de triunfo. Nos cuenta del canto llamado
chamaigna–
risca,
"de pura
alegria~
', entonado por Apomanco Capac a la vista
del Arco iris, que. tom6 por "buena sefial" (pag. 139), y del
qiti–
chu
(pag. 194).
A continuaci6n trascribimos los himnos que nos ha trasmitido
Pachacuti. Hay en cllos-en algunos-vehemente acento de plega–
ria; en ellos palpita toda la inquietud metafisica d!'l hombre ante la
divinidad oculta, a la que interroga anhelante:
f,
Dondc est5s
1
/,
Quien eres?
t.
I cual eres tu
7
I clama sumiso
y
tembloroso :
Oyeme.
Escuchame
No sea que
Me canse
Me muera.
Unci6n mistica, fe
y
seguridad de la existencia de un Arcano
Omnipotente.
En la versiones del quichua al castellano hay apreciables <life-