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do
y
expresión en las
figuras. ·
f>uede ad
n1irarse
la
profunda e1noción que agita al Faraon ZoC'er de la
segunda
dinastía
timita,
y
la
inspiración
divina
que aco111paña a
la
palabra del j-oven heloco José.
Recon1endan1os
una
visita a este ten1plo a to–
dos los que
se
interesen por el estudio de las obras
artís ticas de la
colonia,
donde
podrán
adinirar
un
· bello baldaquín
de columnas dóricos en
el
altar
de
S.
Pedro;
una
Virgen del Carmen
de
piedr~,
tnuy
expresiva e histórica, encontrada
en las
aguas
<le
.Pata-
P
a
t
n,
y
un a eseu
1
tura
de
madera
de
GO en1.
de S.
Juan de Dios,
n1uy hermosa, en actitud
de
· éxtasis, con una ·boca y
unas 1nejillas
llenas de
vida.
·
Y se atra-vieza por el sucio caserío de Sailla
y
se entra al antiguo n1arquesado de
Valle Umbroso,
a
la
famosa finca
que
corno veremos n1ás adelante
tiene relaciones ínti1nas con las apariciones de
Iluanca, ya que el marqués de Valle Uinbroso, era
el propietario de las ricas ·1ninas de Yanantin. en
las que trabajaba el iGdio vidente del Señor del
Vil–
canota.
· ºuien disponga de tien1po puede visitar el
par~
que
y
la regia
mansion del
tnarqués,
donde se
<lis.
fruta
de las
exquisitas atenciones
de su
actual
pro–
pietaria, la distinguida matrona doña Mercedes
Alvístur de Gartnendia.
I>uédense ad mirar en Ja ·hacienda
Quispicanchis
la
elegante capilla con
,.,aliosa
colocación
de
telas,
entre las
que sobresalen un San Francisco de
As1s,
t1n
San
(}erónin10
que tenía el n1arqnés a su cabe–
c,~era
.Y
una colección de pequeños cuadros
en
que
puede apreciarse la pintura
_cuzqueña
bajo
la in–
flue11cia
véneta.
En el altar mayor
hay
una hermosa escultura
de
la
Virgen
Santísima, bajo la
advocación
del
Carn1en, Ilatrona
de la
finca
1
Djgno
de
visitarse es el
parque, encerrado
en
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