..
f
-116-
vierte
del lobo de nuestras miserias-v Jel barranco
..,
del pecado ........ .
''Y al tornar
todos
los que hemos creído cum–
plir un deber, llevatnos
con
la crucesilla
construí.
da por nuestras propias tnanos el recuerdo i1n ho ..
rrable
y
el
corazón
consterna<lu; llevan1os el pen–
san1iento
lleno de cálidas
sugerencias
de haber vi–
vido
un instante de
ese
pasado
tecrático
de
honda
uncion
mística,
de
sincera
co1nunicación
con
Dios".
1Jn
ilustre hijo
de S .
I3enito, de la célebre aba–
d1a de María Laach, en la Prusia
del
Rhin
y
ca–
tedrático
de
biología
en
la
secular (Jniversidad
de
Friburgo, Suiza
(1)
que pasó quince
días
en Hu anca,
entregado a
sus
estudios
de
ciencias naturales,
an–
tes
de
irse
dejó
escrita
en
ale1nán
en el Libro de
Oro del Santuario las e1nociones que produjo en
su espíritu el Santuario,
y
que traducidas dícen
así:
' 'El buscador de tn usgos que
suscribe,
en sus jiras
por las
ciiversas regiones
del
planeta, ha
visitado
n1uchos
santuarios
y
sitios de gracia, dedicados a
Ja lVIadre
de Dios, entre ellos pequeñas íg.lesias de
peregrinaje
11ern1osan1e11 te
si tu ad as
e11
abruptas
se–
rranías
o en idílicos
valles,
pero
ningun Santuario
Je
ha prodncido tal impresi6n
como Huanca.
Pro–
funda
paz divina
coje
al peregrino
cuando
ha es·
calado la apreciable. altnra del
sitio
de gracia; has–
ta
aquí
no alcanza el ruido de un mundo
inquie- -:
to
y
gracias
al celo incansable del
actual
Custodio
del Santuario, P.
I~uis
Márquez
Eyzaguirre, O. 1\1. :
ta111
bién ha sido
alejado el
n1ovimiento
tnercan
til
que nos
inco1noda
en otros sítios de
peregrinaje.
Hay
que haber pasado
un día
y
una
noche aquí
arriba
y
h aber disfrutado de la hospitalidad del
Padre
I¿uis, para
comprender
el
entusiasn10
qüe
tne
enardecía
en
cada nueva
visita.
A esto
hay
~1)
El
HálJio
biól ogo
Dr.
Gilberto Ramh. VII--1934.