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estación de Huambutío, no se necesita más que de
convivir por unos cuantos días, la vida religios a
dé
los romeros, en ·
l·a
prin1era quincena septe111.
brina, para sentirse de subito, en plena Edad Me–
dia; tal es Ja intensidad de un pasado
multisecu–
lar que ahí
se respira,
en
la
penumbra
snbtErránea
de una fé que por su reciedumbre sería con1para–
ble a la de los cristianos
pr.in1itivos,
en las cata–
cutnbas de
la Ro1na
de Neróú''.
"¡Ah!
entonces, os
ason1aréis,
t rén1u
los
de
e1noción
al
borde de abis111os insondables,
de un
.sentirniento 111ístico que se intensifica, en algunos
corazones ingenuos, hasta el espasn10
y
ei vértigo.
Sabréis
de la plegaria entrecortada por
-so llozos;
sen
ti reis
un e
xtren1eci 111
ien to
in vo ]u
11
ta rio ante
1as terribles
~alrnodias
del
n1ea ,culpa,
e tnergienrlo,
con ruido in1 ponente
de
ten1pestad
de
seis
rnil
gar–
gantas humanas; no podréis resistir a
la
in1por–
tunidad 'satánica por egoísta, que sea 1s con que en
vuestra ciencia destella .la convicción de vuestra in–
n1ensa dicha y felicidad
personal,
junto al clan10.
reo incesante del dolor sin alivio,
del
sufritniento
sin tasa,
de la
orfandad desvalida, del
infortunio
sin
tregua; y, si vue$trai
111iradas
escrut a n lo
invi–
~ible,
_veréis alzarse, sobre las
n1u1titt~cles
ululan–
tes, . alba, eucarística palon1a, ·el
consuelo
inefable
d 1
.,,.
''
e a oracton .
' 'Y vosotros, literatos
y
arlistas, enclaustra–
d os con10 la tortuga en su concha, en vues tros
gabi n'etes de
lectura;
perezosos e
indolentes,
'l
ne,
de
espaldas
a las
~ealidacles
p·rofu
ndas
de la vida,
solo recibís· las noticias de ellas,
y
las
en1ociones
de segunda n1ano, a tra vez de: los
libro~,
venid,
contnig@
a
~uaoca,
teatro singular,
en
es tos
tietn–
pos de episodios unicos, tal vez , en el orbe católi.
co, donde, por milagro de un, clan
místico,
sobre vi.
viente de
épocas
re~notas,
parece haberse detenido,
como un
re1nanso,
la corriente
c1t;
los
siglos".-
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