VII
EL NI:fitO ALCALDE
.S..
fiestu
de1
patrono.-La
dinastta
Nina..-El
niiio
alcalde
La
procesi6n..
Durante aquella permanencia, pude observar
y
grabar en mi memoria l'as costumbres populares
transmitidas por la religiosa educacion colonial,
mantenida alin con sello primitivo, sin que los pro–
gresos recientes de la ensefianza hayan podido to–
davia borrarlas del todo. No ha habido tiempo para
la evolucion transformita, porque el orden de las
'nstituciones puede decirse cimentado solo desde
1070,
aunque hubiere cortos periodos de gobiernos
cultos antes de esta
f
echa.
Las fuerzas de las leyes sociol6gicas, las influen–
cias de la histo:ria
y
de la naturaleza, obras con vi–
gor intenso todavia en aquella pequefia sociedad,
que crece lentamente en medio de un aislamiento
relativo. El elemento criollo apenas ha recibido una
minima porci6n de mezcla desde su nacimiento ;
mantienense vivas las huellas de la antigua cultura,
con sus ideas, sus habitos
y
sus tradiciones, que se
traducen
en
sus fiestas
y
en
los
diversos
aspectos
exteriores
de su vida. Esta
refleja el pasado,
en
cuya
fisonomfa se n la influencia
profunda que