Table of Contents Table of Contents
Previous Page  74 / 248 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 74 / 248 Next Page
Page Background

70

JOAQUIN V.

GONZAL~Z

pufiando una vara de akalde, vestido con

el

traje e

insignias de este titulo en aquella epaca, destellan–

da luces celestiales, irradianda sus ojillas azules y

brillando su cabellera rubia, se apareci6 en medio

el Nino Jesus, como la historia lo representa cuan–

do predicaba entre los doctores incredulos. La fas–

cinaci6n fue repentina, el encanto deslumbrador,

como fieras magnetizadas cayeron de rodillas los

rebeldes ante · aquella varita, levantada en alto par

un alcalde de doce afios.

El hermoso Ni.fio bendijo aquel concurso que le

adora con terror

y

emocion ; el atribulada ap6stol

le bes6 los pies, porque la aparici6n sublime e ines–

perada le dej6 at6nito

y

transportado de divino fer–

vor. El maravilloso Alcalde le toc6 con su mano cu–

briendole de gracia;

y

despues de pedir para si los

caciques y de cederle la chusm3: innumerable, coma

un premio por su heroismo y una confirmaci6n de

su valimiento, desapareci6 en el espacio, dejando

en el ambiente un suavisimo perfume como de vaso

sagrado, y una estela luminosa como la de una es–

trella que rueda en la noche.

La

belicosa asamblea

cambi6 el aspecto tosco y grufiidor por el de la mas

sumisa devoci6n, y fue a deponer sus furores y sus

armas a los pies det Patriarca, ante cuyo poder de

hacer prodigios hubieron de convencerse de que la

lucha era inutil, y que sus propios dioses le pro–

tegian de manera tan visible.

Los jesuitas, he dicho, recogieron aquel suceso

para darle forma tangible

y

practica en el gobierno

y en la religion; para combinar los elementos sal–

vajes con los cultos de aquella leyenda, y para ha–

cer,entrar en la obscura con.ciencia de los indios la

idea de las dos potestades (;}Ue gobieroan las socie-