ESTUDIOS INCA/COS
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diciendo que eran agiieros y pronosticos, para con–
forme a ellos temer mucho mal o esperar macho
bien".
Sin embargo, corrientes de doctrina espiritua–
lista que ban modernizado y occidentalizado las
seculares ensefianzas de la filosofia yogi, aceptan
lo que para el cronista indo-espafiol fue nifieria
o burleria de un pueblo sumido en el error.
La unica prueba inmediata que un salvaje po–
dia tener de la existencia espiritual, era el suefio.
Al dormir, sofiaba. Se veia en regiones desconoci–
das, cazando animates monstruosos o luchando
con seres diversos y se sentia leve, sin la carga del
cuerpo que se fatiga y sufre . . . Al despertar, veia–
se en
el
mismo sitio donde se echara a dormir.
lC6mo explicar este fen6meno? El acababa de
oi–
vir,
real aunque distintamente, y a la vez, habia
estado durmiendo. lQuifo habia vivido? ...
lQuifo dormia? Y el hombre primitivo se respon–
di6 a estas preguntas admitiendo que en
et
habia
dos seres: uno de came, pesado, propenso a la fa–
tiga y al dolor;
el
otro, aunque semejante al car–
nal por sus formas, como no se fatigaba ni sufria,
como se transportaba facilmente, no era de c.arne.
Este seria el alma. Y si esto ocurria durante el
suefio, lpor que no aceptar que, durante ese suefio
mas largo,
la
muerte,· el alma no adquiriera a
SU
vez vida definitiva?
Ya
aceptado esto,
la
idea de
la
inmortalidad del alma y la de su ·resurrecci6n