ES TUDIOS INCAICOS
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doctor Justiniani y de otros varios, que me fueron
enviados por quechuistas de Ayacucho, Cuzco y
Pono. Casi todos son cantos de amor, alegres, en–
tusiastas, los menos ; los mas, elegfacos, preiiados
de tristeza y desesperaci6n".
Asi, en medio de estos escasos do.c'.Umentos que
son como estrellas en on cielo nublado y que de–
jan presentir la rica hermosura del folklore in–
caico, quizas para siempre desaparecido, el descu–
brimiento de la
Relacion
de Pachacuti, con sos
himnos plenos de acento religioso, vino a agregar
estrellas de primera magnitud a esa constelaci6n.
La picaresca bistoria de amor de Morua nos
pone en presencia de lo ingenioso. El drama
Ollan–
tay,
de lo patetic.o. Los cantares de Huaman Poma
nos bacen convivir con lo lirico del alma que in–
vent6 la
quena
y el
yaravi.
Los bimnos de Pacha–
cuti nos descubren lo grandioso. En ellos palpita
el espiritu lleno de religiosa unci6n de una raza
cuyo culto y cuyo arte merecieron una suerte me–
nos terrible.
La codicia y el fanatismo, propios de la epoca
mas que de los conquistadores ibericos, hicieron
estragos en esa religion grandiosa y en ese arte
admirabilisimo. Quedan de la una ruinas de tem–
plos y narrac;iones de cronistas sobre las cuales
podemos imaginar so grandiosidad. Quedan del
otro unas pocas paginas sobre las que podemos re–
construir el vasto tesoro que babri sido aquella
literatura, dueiia de todas las gamas
'y
maestra en