ESTUDIOS INCAICOS
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her los mas importantes datos. Este Sarmiento no
es otro que el sin ventura Cieza de Leon que, por
baber dedicado su obra a don Juan de Sarmiento,
presidente del Consejo de lndias, bizo que Prescott
lo supusiese el autor de la
Cr6nica.
Dice la dedi–
catoria:
Relacion de la sucesi6n
y
gobierno de los
incas, seiiores naturales que fueron de las provin–
cias del Peru,
y
otras cosas tocantes a aquel reino,
para el Ilustrl.simo Senor Don Juan de Sarmiento,
Presidente del Consejo de lndias.
Por error del
copista que lo sacara del manuscrito, en Londres,
Prescott ley6
por
donde decia
para.
Y una injus–
ticia que pe.rdur6 durante aiios, atribuy6 al per–
sonaje burocrcitico la obra del osado aventurero.
Toc6le a Jimenez de la Espada descubrir el ma–
nuscrito de Cieza
y
reparar esta segunda de sus
desventuras.
La tercera es
fa
de babersele preterido en bene–
ficio de otros cronistas que no vieron, como
et
vi6,
el lugar sobre que escribia, o que le deben buen
acopio de sugestiones, cuando no de datos
(Gar~i
laso de la Vega) o que le plagiaron descaradamen–
te (Herrera) •
Agustin de Zarate
(Historia del descubrimiento
y
conquista de las provincias del Peru),
Diego
Fernandez
(Historia del Peru),
Garcilaso de la
Vega
(
Comentarios Reales),
fueron cronistas ci–
tados, hasta ayer, como autoridades indisClltibles.
Hoy esta autoridad se desplaza, justicieramente,
bacia otros nombres: Bernabe Cobos
(Histotia